Entre el líder y el seleccionado que va al repechaje hay solo un partido de diferencia. La eliminatoria suramericana está más que cerrada, y Colombia se volvió a montar en el vagón de los contendientes.
Sin la participación de Brasil, que tiene su derecho ganado por ser local, y los puntos que sus partidos dejan, este proceso clasificatorio está de rechupete. El primero en la tabla, Argentina, apenas llega a las diez unidades, solo una por encima de su escolta (Chile) y dos más que la pareja que hoy entraría de manera directa al Mundial (Uruguay y Venezuela). Colombia, que luego de la derrota en casa en la cuarta fecha, volvió al tren de los que estarían, por lo menos en una fase más arriba del Mundial, ocupa el puesto del repechaje, que pelearía el puesto con un país de Asia.
Lo importante para el equipo de José Pekerman es que, restando a Uruguay que está a un punto, los equipos que están por encima no han tenido la jornada de descanso.
Si lo comparamos con la eliminatoria hacia Sudáfrica, y con la salvedad de que se jugaba un partido más, había una diferencia de seis unidades entre el primero (Paraguay, con 13 puntos) y el equipo que en ese momento iba al repechaje (Venezuela, con siete).
Este proceso es distinto para Colombia que apenas estrena técnico, ha ganado sus dos partidos afuera y aún no triunfa en casa. Brasil, en 1986, hizo lo mismo y terminó en el Mundial. A repetir caminos.
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