Santa Fe bombardeó en los últimos minutos, pero el Envigado tuvo un guardián de postín que permitió que el equipo antioqueño se trajera un punto de Bogotá. En el 1-1 tuvo mucho que ver el arquero Víctor Hugo Soto.
Ayer, tras regresar de la capital de la República, el espigado guardameta (mide 1,92), nacido hace 22 años en Tuluá, pero con seis temporadas en el equipo naranja, disfrutaba del almuerzo con su esposa Laura Victoria Ángel y su hijo Jerónimo, de 20 meses de nacido.
"El grupo hizo buen trabajo el sábado y consiguió un resultado importante que nos permite estar en los primeros lugares del campeonato", comentó este habitante del barrio El Trianón, que en el pasado recibió la orientación de John Hernández y ahora trabaja bajo las órdenes de Hugo Tuberquia.
En la acción de penalti que cobró el argentino Ómar Pérez y que emparejó la pizarra tras el tanto, por la misma vía, de Néider Morantes , nada podía hacer Soto, que en tres ocasiones sintió estrellarse el balón en su portería.
Las buenas salidas para cortar los centros y la concentración durante el encuentro fueron, para él, determinantes en este nuevo desempeño con el Envigado en los cerca de 45 partidos profesionales que acumula, luego de un proceso de cuatro años con las selecciones juveniles de Colombia.
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