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ESPAÑA: MUCHO MÁS QUE FÚTBOL

  • ESPAÑA: MUCHO MÁS QUE FÚTBOL | HUMBERTO MONTERO
    ESPAÑA: MUCHO MÁS QUE FÚTBOL | HUMBERTO MONTERO
02 de julio de 2012
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"Es sólo fútbol". Con esta simple frase arengó el mariscal a sus huestes. No hubo apelaciones a la hombría ni a sus atributos, tampoco encendidos versos a la historia ni a la Patria. En un tono sereno, sin grandilocuencias ni solemnidades, el marqués de Del Bosque, el hombre tranquilo, repitió la conjura utilizada dos años atrás en las tierras surafricanas donde conquistara el ansiado Mundial. Sin estridencias, repitió el mensaje, invocando esta vez los valores del equipo, de la unidad, de la solidaridad. Valores eternos. Virtudes de hombres que jamás se creen dioses por muchas victorias, tesoros y pompa que acumulen.

Es sólo fútbol, es cierto, pero es mucho más que fútbol. Nadie conquistó jamás la triple corona, encadenando Eurocopa, Mundial y Eurocopa de forma consecutiva, ni deslumbró al mundo entero durante tanto tiempo. Nadie rindió entre halagos a tantos enemigos ni recibió tantos elogios del tendido.

Nada más concluir la dolorosa derrota 4-0 contra España, la mayor goleada en una Final de este torneo, las palabras del grandioso Buffon, caballero y guardameta "azzurri", ejemplifican la majestad de una gesta para la historia. "La pena por haber perdido es relativa porque parecen un equipo invulnerable y eso nos da serenidad". El reconocimiento del adversario es siempre el mayor trofeo. Jamás se gana doblegando o humillando. No se arrebata. Es un regalo que ofrece el derrotado. Un presente, casi una ofrenda, que rubrica aún más el esplendor de la victoria y la nobleza del triunfo.

"La historia se escribe en español", titulaba ayer la edición electrónica de "L'Equipe", la biblia deportiva francesa, que en su versión impresa sólo destacaba una palabra: "¡Gracias!". Así, en español. Y continuaba con la siguiente explicación bajo la foto de "La Roja" hecha una piña: "El más bello homenaje que se podía rendir al fútbol". Las alabanzas llegaban desde todos los rincones del mundo. El corresponsal deportivo de "The New York Times" se preguntaba nada más concluir el encuentro si no estamos "ante el mejor equipo de todos los tiempos".

Elevados al Panteón esférico, todos los medios ensalzan una cualidad de España sobre todas las cosas. La humildad. Un rasgo remarcable, por escaso, en un mundo donde se encumbran estrellas fugaces cada día y la lucha de egos vende millones. La modestia de un grupo de jugadores respetuosos con el rival y austeros en la victoria. Trabajadores pese al desbordante talento que atesoran. Son legión quienes reclaman que España sirva de inspiración al juego de otras selecciones. Baste un ejemplo. En el minuto 88, Torres, el traspaso más caro pagado jamás por un jugador español, encaraba a Buffon para meter el cuarto de la noche. El gol le convertía en el máximo anotador del torneo. Pudo haber marcado él, con riesgo mínimo, pero prefirió pasarle la pelota a Mata, compañero en el Chelsea, quien sólo tuvo que empujarla.

Por eso, es mucho más que fútbol, don Vicente. Porque en ese equipo habita un genio manchego al que nunca le escucharán decir aquello de "usted no sabe con quien habla". Iniesta, el Messi sin el que Messi no sería Messi, es el dios del fútbol sin aureolas, rayos ni centellas. Un dios humano, de barra de bar, de pueblo y barrio. Y allí pontifica sin quererlo un cancerbero de leyenda, que antes de la final admitía que su generación había sido "educada para ganar" y cuya mayor felicidad es haber hecho feliz a tanta gente. Casillas: un modelo, un arquetipo, un capitán sin charreteras. Y Xabi Alonso, el caballero milimétrico en sí mismo; y Xavi, la exactitud que no descansa, y Piqué y Ramos, dos pilares opuestos que en todo encajan, como si hubieran sido cincelados de la misma piedra. Y Alba, Silva, Busquets y Arbeloa, todos ellos titanes junto a Cesc y el resto.

Una generación educada para ganar porque sabe que la derrota es sólo un peldaño para seguir luchando. Un equipo del que todos debemos aprender. Talento y esfuerzo. Trabajo. Mucho más que fútbol.

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