España colocó este jueves 3.562 millones de euros en obligaciones a diez años, pero a costa de subir su interés al 7,088 por ciento, el más alto desde 1997.
El interés marginal que se ha visto obligada a pagar representa una subida del 30 por ciento respecto al 5,45 por ciento que aplicó en la anterior subasta de esta denominación, celebrada el pasado 20 de octubre.
Minutos después de la subasta, la prima de riesgo de España se aproximaba a los 500 puntos básicos, su nivel más alto desde la creación del euro.
El objetivo de la emisión, que oscilaba entre 3.000 y 4.000 millones de euros, se cubrió sin problemas, aunque el ratio de cobertura -proporción entre demanda e importe adjudicado- no fue tan elevado como en anteriores subastas y alcanzó 5.502 millones de euros.
El responsable de la mesa de deuda de Ahorro Corporación, Javier Ferrer, explicó que este fuerte repunte obedece al temor que existe en Europa a comprar deuda que no sea alemana, y el decepcionante ratio de cobertura supone que no hay interés por la deuda española.
Minutos después de la subasta, la prima de riesgo de España rozaba los 500 puntos básicos, su mayor nivel desde la creación del euro, con la rentabilidad del bono a diez años por encima del 6,7 por ciento.
Sin embargo, no es el riesgo país de España el único que se desbocaba al comienzo de esta jornada, ya que las discrepancias entre Alemania y Francia sobre el papel que debe desempeñar el Banco Central Europeo (BCE) presionaban también al alza otros diferenciales europeos.
España vive este acoso de los mercados en vísperas de unas elecciones generales el próximo domingo en las que las encuestas pronostican la victoria del opositor Partido Popular (PP, centroderecha), que lograría una amplia mayoría absoluta.
Su líder, Mariano Rajoy, confía en que el eventual cambio de Gobierno tranquilizará a los mercados, aunque reconoce que si gana las elecciones va a encontrar una "situación enormemente difícil".