Si en 1947 el traspaso de Efraín Caimán Sánchez al San Lorenzo de Argentina, en calidad de primer colombiano contratado por un equipo del exterior, fue calificado de “milagro”, hoy ese fenómeno se mira como algo cotidiano.
Contar con 264 jugadores en 41 países de tres continentes y competir actualmente en las grandes ligas del mundo con una generación dorada que lidera Falcao García es una muestra de que el deportista nacional evolucionó mental, física y socialmente, lo aseguran los expertos.
Y gracias a que aprendió a aprovechar su talento abrió tanto el mercado que, según la Fifa , ocupa el quinto lugar en preferencia mundial a la hora de las contrataciones.
“Es que el jugador colombiano ha evolucionado en profesionalismo. Ahora se aprovechan más sus cualidades. Pero, además, en ese fenómeno influye el trabajo serio que se hacen en las divisiones menores de los principales clubes”, advierte Ramón Jesurún, presidente de la Dimayor.
Jesurún cree que el deportista criollo abrió mercado en el exterior gracias a que “se convencieron de que el fútbol es una profesión rentable y ya son conscientes de que si hacen las cosas bien mejoran su futuro y les abren puertas a sus colegas”.
Francisco Pacho Maturana, pionero de esa transformación y quien ha dirigido en siete países, considera que “en Colombia siempre ha existido el talento, hasta para hacer el mal. Lo que nos faltaba era cambiar de mentalidad, aprovechar mejor el entorno y romper los esquemas”.
Esa tarea la inició el Pibe Valderrama y compañía y la continuaron Mario Yepes, Iván Ramiro Córdoba, Falcao García, Jackson Martínez y James Rodríguez, entre otros, gracias a la formación que tuvieron y a que contaron con más herramientas para superar el entorno y creer en sus capacidades”