El primer recuerdo cafetero de Michael Phillips, campeón mundial de barismo en 2010, en Londres, lo remite a su infancia en casa, en Michigan (Estados Unidos), donde su madre preparaba café en las mañanas. "Entonces, lo que hacía mi mamá era muy simple y no celebraba el rito que hay en torno al café y que yo, como barista, aprendí y realizo cada que preparo una bebida para el público", expresó.
La vida de Fabio Cedeño Culma ha estado ligada a la producción del grano. "Mi familia tenía una finca en Tello (Huila), pero desde 1982 conseguí una tierra, a cuatro horas de Florencia, Caquetá, donde parte la tengo como cafetal", comentó.
Ambos, apasionados por lo que hacen, participaron en la Feria de Cafés Especiales (Expoespeciales), que se realizó en Bogotá, por donde pasaron más de 15.000 visitantes en tres días.
Diferentes mundos
El barista se interesó por el café en la universidad. Durante algún tiempo, al término de las clases de cine, llegaba a casa con más curiosidad por saber y conocer sobre la bebida que en hacer películas, entonces descubrió que era el fruto de una planta y que lo que preparaba su madre, en casa, era producto de un largo proceso. Sólo hace tres años, Michael conoció un cafetal en Brasil y el proceso de beneficio.
Fabio, en cambio, sabe desde niño de la laboriosidad que requiere producir un grano de café verde y en los últimos años de lo difícil que es obtener un café especial.
Mientras el campeón va en avión a diferentes escenarios en las principales ciudades del mundo a exhibir sus cualidades y virtudes como preparador de café expreso, capuchino y bebidas especiales basadas en café, Fabio tarda dos horas viajando en mula y otras dos horas en carro para llegar con sus bultos de café al punto de compra.
Para sus presentaciones, el barista dispone y exige siempre café fresco, balanceado perfecto en acidez y dulzura, y el caficultor debe esperar hasta octubre la próxima cosecha de su parcela, ubicada a 1.300 metros sobre el nivel del mar, en el Piedemonte Llanero y sortear desde dificultades de orden público hasta problemas de invierno, falta de vías y plagas.
Como Michael, otros 52 baristas de igual número de países, participaron en el Campeonato Mundial de Baristas y muchos conocieron un cafetal, en una visita al Eje Cafetero.
Como Fabio, otros 590 caficultores de Caquetá y Meta están comprometidos en el programa de café especiales Amazónico y Centauros, que ya tiene algunos nichos de mercado conquistados en Estados Unidos.
El concursante cumplió un sueño cuando descubrió los cafetales y supo cómo llegaba el café hasta el mostrador donde prepara la bebida. "Fue una experiencia increíble e inolvidable. Me impresionó saber lo complejo del proceso y todos los pasos que hay que seguir desde la siembra de la planta, su cuidado, hasta la recolección, beneficio y transformación".
Entre los sueños de Fabio se cuenta el de poder acabar con los problemas de inseguridad, para que los cultivadores de la zona no corran los riesgos de quedar atrapados en un enfrentamiento y tener que suspender sus faenas a ciertas horas. También sueña con mejores vías para caficultores como los de Santa Ana Ramos, entre Puerto Rico y San Vicente del Caguán, no tarden 10 horas sacando la cosecha al pueblo más cercano, Algeciras, en el Huila.
De Oriente
Del hemisferio contrario al de Michael y Fabio, del Oriente, llegó Frank Tseng, un empresario taiwanés que acompaña la delegación de su país que trajo el barista Lee Ya-Ting.
Tseng nunca ha estado en un cafetal, no conoce un árbol de café, pero se toma a diario dos tazas. A su modo, él también se considera un apasionado por el grano, pues su trabajo es fabricar maquinaria para la industria cafetera. En su primer viaje a Colombia, para estar en la feria Expoespeciales, le impactó el cariño y la devoción que se observa por la bebida.
Sin el conocimiento de Michael, en la preparación o de Fabio, en la producción, Tseng dijo que probó cada degustación que le ofrecieron y que como no tiene un paladar tan desarrollado ni tan fino, optó por declararlos ganadores a todos.
Otro eslabón
En la feria a la que llegaron Michael, Fabio y Tseng se apreció el esfuerzo de la Federación de Cafeteros y de su gerente de Mercadeo, Luis Fernando Samper. El dirigente reveló que el montaje de la muestra superó los 1.000 millones de pesos y confió en que los resultados se vean en el largo plazo.
La visión gremial es clara y para la Federación los cafés especiales constituyen un segmento creciente y por lo que Colombia le apuesta a la diferenciación. "No le vemos sentido a competir en los segmentos de precio bajo porque el café colombiano, por la topografía en que se produce y su reputación cuenta con los activos que generan una vocación para competir en la franja de alta calidad", añadió Samper.
Cada uno, en su posición como barista, caficultor, empresario o dirigente sabe que el reto es de largo aliento y que para dar a conocer todo aquello que aprendieron deben esforzarse continuamente.
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