La autorización del Gobierno a la senadora Piedad Córdoba en el proceso de liberación de los secuestrados llenó de esperanza a sus familiares.
Tras el anuncio del presidente Álvaro Uribe, los parientes de los cautivos expresaron su complacencia con lo que ellos consideran "el conteo regresivo a la libertad".
"Es excelente que se haya autorizado a la senadora. Ahora hay que esperar a que comiencen las entregas y termine pronto este sufrimiento", dijo Gloria Marín, esposa del intendente de la Policía Carlos José Duarte, secuestrado hace 10 años en la toma de Puerto Rico, Meta.
Para ella, "esa era la noticia que el país estaba esperando, para que quedara demostrada la buena voluntad del presidente Uribe".
Ahora, aseguraron las distintas familias, habrá que esperar la respuesta de las Farc en cuanto a la liberación simultánea que exigió el Gobierno Nacional.
"Esperamos que la guerrilla acepte. No hay que ponerle más trabas a este asunto y entre más rápido suelten a los muchachos, más rápido se hace la paz", indicó Magdalena Rivas, madre del teniente Élkin Rivas.
Aseguró que la autorización a Piedad Córdoba es un gran avance y que ahora no puede ser el grupo armado el que llene de obstáculos el proceso.
Similar opinión tiene la presidenta de Asfamipaz, Marleny Orjuela, quien celebró el cambio de actitud del Jefe de Estado: "Se abrió la puerta más difícil de abrir. Esa era una verdadera dificultad". Para Orjuela, lo verdaderamente importante ahora es ultimar los detalles logísticos.
Fabiola Monsalve, madre del sargento César Augusto Lasso Monsalve, indicó que revivió en ella la esperanza de tener pronto de nuevo a su hijo en casa. "Esto nos devuelve la vida. Ahora le corresponde a las Farc decirle al país si cumplirá con la petición", precisó.
Pese a la esperanza que renació en la mayoría de los familiares, el profesor Gustavo Moncayo, padre del cabo Pablo Emilio, aseguró que el cambio de actitud de Uribe puede ser considerado como un "sofisma de distracción".
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