Medellín ofrecía un millón de dólares, el carisma de Juanes, un espectáculo de corte internacional como el visto en los pasados Juegos Suramericanos, y la capacidad organizativa para tener la ceremonia de apertura del Mundial sub20 de fútbol 2011.
Barranquilla, en cambio, le puso un toque más nacionalista al asunto, como es del gusto de la Federación Internacional de Fútbol Asociado -Fifa- en este tipo de certámenes e, incluso, con guión en mano y programa definido (con música y espectáculo folclórico definido) y se quedó con ese evento, sencillamente, porque presentó una propuesta concreta y con carácter cultural criollo.
"Esas son las cosas que le generan a uno tristeza. Queríamos hacer la inauguración y estábamos trabajando para esa meta. Pero las otras sedes también tenían méritos", manifestó el gerente del Inder Medellín, Andrés García.
"Ahora toca seguir trabajando con el mismo entusiasmo, buscando partidos de semifinal", ya que la final será en Bogotá.
Por su parte, el presidente de la Liga Antioqueña de Fútbol, Mauricio Parodi, expresó su tristeza al señalar que "como antioqueño hacía fuerza por Medellín, pero las otras ciudades tenían el mismo derecho".
El gerente de Indeportes Antioquia, Julio Roberto Gómez fue un poco más lejos al decir que "siempre lo vi difícil, porque veía los intereses de la Costa y como se había movido. Uno queda triste, porque los mayores generadores de fútbol del país, Medellín y Antioquia, no tengan esta oportunidad de vivir la inauguración. Ahora nos queda que todo un país mire el evento sin regionalismos".
Y según Alejandro Hernández, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol, "fue una decisión de Fifa y aunque hay tristeza, las otras ciudades también estaban preparadas".
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