La crisis de Siria fue ayer la protagonista de la jornada de clausura de la 67 Asamblea de Naciones Unidas: el ministro de Exteriores sirio, Walid al-Moualem a acusó en su intervención a E.U., Francia, Catar, Arabia Saudita y Turquía de respaldar al terrorismo con armas, dinero y combatientes extranjeros.
Según el canciler sirio, las fuerzas opositoras sobreviven con la ayuda de estos países, lo que ha hecho que el conflicto se extienda y haya ajustado 18 meses, con más de 50.000 muertos.
El ministro aseguró que los últimos actos de terrorismo en Damasco fueron perpetrados por un brazo de Al Qaeda y dijo que el Consejo de Seguridad no los condenó porque algunos de sus miembros los apoyan.
“El terrorismo cuenta con apoyo exterior y está acompañado por provocación mediática basada en el extremismo religioso patrocinado por Estados bien conocidos que facilitan el flujo de armas, dinero y combatientes desde las fronteras de países vecinos”, sostuvo Mualem.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon dijo estar preocupado por el uso que se pueda dar al arsenal sirio de armas químicas y pidió al Gobierno de Bashar al Assad que garantice su protección, destacó Reuters .
“Reitero la responsabilidad fundamental que tiene el Gobierno sirio de garantizar la seguridad y vigilancia de sus arsenales (químicos). El uso de cualquiera de esas armas sería un crimen atroz con consecuencias nefastas”, dijo Ban en un encuentro de alto nivel sobre la prohibición de armas química.
Subrayó que hace semanas le transmitió sus inquietudes frente al tema al presidente Al Assad, pero no ha recibido respuesta alguna.
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