Creer firmemente en sus ideas, llevó a Luis Fernando Oquendo Zapata, a fundar en 1990 Funerales Vida. Basado en la experiencia que adquirió en la empresa de su padre, la funeraria Medellín, logró vencer diversas dificultades y consolidó su propia empresa.
En el camino emprendido por Luis Fernando Oquendo Zapata y quienes han hecho parte de su equipo de trabajo, se han presentado grandes dificultades, las cuales con mucha dedicación y perseverancia, han podido ser superadas, siendo la calidad en el servicio su principal direccionamiento durante estas dos décadas.
Cuarenta personas entre empleados de planta y de cortejo conforman, en Medellín, esta entidad que se caracteriza por su compromiso con la prestación de un servicio enmarcado en la diligencia, la eficiencia y la sobriedad.
Luis Fernando Oquendo Zapata, sobre los parámetros que identifican la labor de su empresa, explica: "es prestar un servicio con mucha diligencia, rápido, eficiente y muy sobrio. De manera que, las personas a quienes les estamos prestando un servicio no tengan que preocuparse por ningún detalle, porque la funeraria lo hace todo y está pendiente para que el funeral salga perfecto".
Aunque una de las grandes amenazas que enfrenta esta actividad comercial es que muchas compañías de su tipo buscan competir con precios, Luis Fernando Oquendo explica, que en la medida en que se disminuya el precio la calidad del servicio desmejorará notablemente.
Por esa razón, para Funerales Vida lo realmente importante es hacer que el servicio marque la diferencia y logre fidelizar a los clientes, como ha sucedido hasta hoy, lo que ha permitido que sus afiliados hayan permanecido durante todos estos años, a pesar de la mala praxis de ofrecer precios bajos en los programas de protección de algunas empresas del sector.
De hecho, el aspecto que más presente tienen quienes laboran en esta compañía es que el cliente que atienden no es un cliente cualquiera, pues éste se encuentra embargado por un intenso dolor y, por lo tanto, el esfuerzo debe ser mayor y ellos deben ser sensibles y diligentes para ofrecerle el soporte necesario.
Creación del programa
Afirma Luis Fernando Oquendo que el ser humano nunca está preparado para la eventualidad del fallecimiento y recuerda que anteriormente algunas funerarias ofrecían un funeral a todo precio para ser cancelado en cuotas mensuales.
Para las clases media y alta las cuotas, que hoy estarían por los $200 ó $300 mil, no constituían gran problema, pero se puso a pensar en aquellas personas que no tenían muchos recursos.
Para evitar las colectas que éstas personas debían hacer, él creó un modelo basado en la idea cooperativa, en el que a través de una cuota muy accesible, quienes no tenían una eventualidad, podían apoyar a quienes enfrentaban esa situación, y así creó en 1986, el Programa de Protección Familiar Exequial, el mismo que hoy promueven todas las funerarias de Medellín y Antioquia, el cual ha trascendido a todas las principales ciudades del país y a la gran mayoría de países de América. Este hecho es de conocimiento de los directores de funerarias de la ciudad de Medellín, que en ese entonces lideraban las empresas del sector y quienes años después acogieron la idea de comercializar este programa manteniendo el esquema original.
A diferencia de las sociedades mutuales, que ofrecían a sus afiliados una ayuda o un auxilio para el funeral, el Programa de Protección Familiar Exequial cubre todos los costos.
A este programa pueden afiliarse seis personas de la familia y de acuerdo con los programas ofrecidos, la cuota está actualmente entre los ocho y veinte mil pesos, lo que representa muy poco frente a los dos o tres millones de pesos que puede costar un servicio de este tipo.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6