La selección española y el Barcelona reivindicaron el fútbol como espectáculo, más allá del resultado.
El equipo que comanda Vicente del Bosque demostró que jugar bonito y ganar son dos tópicos que se pueden, y deben, complementar. En el Mundial de Sudáfrica-2010, la Furia española ratificó el favoritismo que había arrastrado por meses, y con un juego exquisito, llegó al trofeo de la Copa del Mundo de 2010.
El equipo, capitaneado por Íker Casilllas, y con una columna vertebral compuesta por Carles Puyol, Xavi Hernández, Andrés Iniesta y David Villa, superó las críticas y, con facilidad, a sus rivales. Así se quedó, por primera vez, con el máximo trofeo para una selección.
Tras caer en la primera jornada ante Suiza, los españoles lograron victorias consecutivas sobre Honduras y Chile, para pasar en primer lugar del grupo H.
Luego, tras los triunfos sobre Portugal, Paraguay y Alemania, España se situó, igualmente por primera vez, en una final de un Mundial, con Holanda, el verdugo de Brasil, como el opositor.
Con un modesto 1-0, el equipo rojillo logró su primera Copa del Mundo, consolidó el dominio del fútbol español, ahora entre los combinados nacionales.
Pero la piedra angular del buen fútbol de España tiene una base: el Fútbol Club Barcelona.
El equipo culé no ganó tanto como en el 2009, pero su base, con Puyol, Piqué, Xavi e Iniesta, sirvió para el triunfo español en tierras africanas.
Además, el éxito de la Liga de España (09/10), sobre el Real Madrid, y el liderato que mantiene en la nueva temporada, muestran el mejor club de todos los tiempos del fútbol, según los expertos.
El buen juego demostrado, pese a no quedarse con el título de la Liga de Campeones de Europa, hizo que tres de sus jugadores estuviera nominados al mejor jugador de la temporada (Xavi, Iniesta y Lionel Messi). El conjunto de Josep Guardiola demostró que buen fútbol y triunfos son compatibles.
Pico y Placa Medellín
viernes
no
no