Una gran nevada que cubrió un tercio de los Estados Unidos paralizó el centro de la nación con hielo y nieve, donde obligó a cerrar aeropuertos y escuelas.
La monstruosa tormenta, descrita como la peor en décadas, causó estragos ciudad tras ciudad al avanzar de Texas a Maine.
Decenas de escuelas y oficinas gubernamentales cancelaron actividades o decidieron no abrir. Miles de vuelos fueron cancelados en todo el país.
Incluso Chicago, con su legión de barredoras de nieve y su confianza usual frente a las tormentas invernales, cedió al peso de la nieve.
"Usualmente no creo en las predicciones de una gran tormenta", dijo el pasado martes Janet Smith, de 50 años, mientras esperaba el tren en una estación de Chicago. "Pero estoy algo emocionada. No estuve en la tormenta del 67, ni en la del 79, ni en la del 99. Me he perdido todas las grandes. Me emociona experimentarla".
Por primera vez en la historia, el estado de Misurí cerró una importante autopista que conecta a Saint Louis con Kansas City debido a una tormenta invernal. El periódico de Tulsa, Oklahoma, canceló su edición impresa por primera vez en más de un siglo. Y en Chicago, las escuelas públicas suspendieron clases debido a la nieve por primera vez en 12 años.
Y eso no es todo. Chicago espera 60 centímetros de nieve; Michigan, más de 30 centímetros, e Indianápolis, 2,5 centímetros de hielo.
En Nueva York, las autoridades prohibieron la circulación de camiones de carga y exhortaron a los habitantes a usar el transporte público.