¿Qué tragedia personal puede ser peor que la pérdida del rostro? ¿Puede haber algo más trágico que ver deshecha la identidad propia? No tener rostro es no ser, no tener rostro es no poder reconocerse.
A dos niños les pasó: un chorro de ácido o de gasolina quemó su felicidad infantil. Esta historia se trata de lo contrario: del esfuerzo de un cirujano por devolverles el rostro a Milady Daniela Borja y a Néider Yesid Ortiz.
Con esta narración en imágenes, titulada En busca del rostro perdido, Henry Agudelo, editor fotográfico de EL COLOMBIANO, fue el ganador del Premio de Fotografía Colombo-Suizo, que ayer inauguró su muestra en el Museo de Arte Colonial de Bogotá.
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