Ni los 37 grados centígrados del lunes y sí que menos los 33 de este martes intimidaron a los torcedores colombianos en la calurosa Cuiabá.
La capital de Mato Grosso, un departamento lleno de selva, humedales y mucho calor, lució con la presencia de cerca de 35.000 colombianos que se hicieron sentir por las pequeñas calles de la ciudad y nunca bajaron la guardia en el estadio Arena Pantanal, que tiene espacios al final de cada tribuna para que entre el aire.
“Luce la mancha amarela y veo mucho colombiano por toda parte”, decía asombrado el motorista (taxista) Giovanni Araujo cuando se dirigía al escenario y para no quedarse atrás dijo “el jogo de ustedes es muito bonito y da para vencer de manera sobrada a los japoneses”.
Si este brasileño confió en la capacidad del onceno tricolor, ni qué decir de los que volaron dos horas desde Sao Paulo acá para hacer sentir de nuevo a los jugadores de locales.
“Con esa intención venimos, porque entre todos vamos a llegar lejos en el Mundial”, rescató el barranquillero Wilson Palacios mientras sonaba la canción “Colombia mi patria querida” y después de unirse al coro “Jackson, Jackson”.
Feliz porque “estamos con el mismo calor de la capital atlanticense”, Rosalina Silvera se pegó a la ola que hizo temblar las azulejas tribunas del Arena Pantanal, mientras en la cancha el combinado patrio sudaba la gota amarga para sacar del camino a los japoneses con goles, fútbol ofensivo y derroche de talento de cuenta de Jackson Martínez, Juan Guillermo Cuadrado y James Rodríguez.
La afición rebajó en relación con Belo Horizonte y Brasilia, pero sí se hizo sentir pese a la inclemencia de la temperatura que sólo se calmó cuando finalizó el compromiso con tres ritmos diferentes, ya que cada anotador hizo su baile, y en medio del “Pekerman, Pekerman” en agradecimiento el entrenador argentino por poner a marchar este equipo.
José Luis Pérez, quien se vino desde el Putumayo cuando “ví que Colombia estaba enrutada con su fútbol en el país de la samba”, resaltó el “buen fútbol de nuestro representativo, que sólo juega hacia arriba y por eso nos fue tan bien en esta primera fase, pues ganamos, gustamos y goleamos, que más le pedimos a la vida”.
El Himno Nacional se volvió a cantar completo, el “oee, oee, oee, hoy mi Colombia va a ganar” no dejó de sonar, el Waka Waka de Shakira subió los ánimos y la mancha amarela siguió de moda gracias a que la hinchada nunca bajó la intensidad, no se dejó atemorizar de la temperatura y fue más que la torcida asiática.
Por eso de nuevo el grupo en pleno la despidió de aplausos y besos en el Arena Pantanal, mientras todos los aficionados emocionados coreaban los nombres de cada jugador, gritaban que “aquel que no salté es un japonés” y repetían el 28 de junio en Río de Janeiro el coro será “y ya lo ven y ya lo ven somos locales otra vez”.