Una irlandesa que recurrió a la maternidad subrogada para tener descendencia, conocida popularmente como "vientre de alquiler", podrá inscribir su nombre en el certificado de nacimiento de sus hijos, según dictaminó este martes el Tribunal Superior de Dublín.
En un caso sin precedentes en este país, los tres jueces que componen esa corte fallaron a favor de la demandante, a la que declararon como madre legal de la pareja de mellizos que su propia hermana dio a luz tras la implantación de sus embriones.
Con el apoyo de su hermana, la "madre genética", cuya identidad no ha trascendido, decidió llevar este caso ante la justicia irlandesa, después de que en el registro de nacimientos, matrimonios y defunciones se negaran a incluir su nombre en los certificados de los pequeños.
Tras conocer la sentencia, la abogada de la demandante, Marion Campbell, mostró su satisfacción por que los "documentos oficiales" podrán reflejar a partir de ahora que la "madre genética o biológica" ha sido reconocida "legalmente como la madre de los hijos".
"Estamos encantados con el resultado. Los derechos de mi cliente y de sus hijos han sido reivindicados. Ha sido un periodo muy largo, duro y emotivo para ellos", declaró la letrada.
Campbell expresó su confianza en que la sentencia sirva para que el Gobierno irlandés reforme la legislación sobre esta "difícil cuestión de la maternidad subrogada" y que ello permita "consagrar los derechos" de los nacidos a través de esta práctica.
La abogada recordó que, de momento, la llamada Ley de la Situación del Menor (1987) establece que la madre es la persona que da a luz, aunque advirtió de que la decisión del Tribunal Superior obligará al Estado a modificarla o a redactar una nueva normativa.
En Irlanda está permitido recurrir a los vientres de alquiler, pero, dado que no hay legislación específica al respecto, las parejas que lo solicitan deben viajar al extranjero para seguir este proceso.
En este sentido, el ministro irlandés de Justicia, Alan Shatter, publicó recientemente una lista de recomendaciones para evitar que, al regresar a Irlanda, los nuevos padres se encuentren con diversas trabas legales.
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