China brilló en la jornada de cierre de los Juegos Olímpicos de Pekín este domingo, al rebasar la marca de los 50 oros, mientras que Estados Unidos sumó dos importantes medallas en el baloncesto y el voleibol masculinos.
En la jornada de cierre, el Comité Olímpico Internacional (COI) manifestó su claro respaldo a la organización de esta edición olímpica.
Estados Unidos y sus estrellas de la NBA se impusieron en la final del baloncesto al campeón mundial, España, por 118-107, mientras que Argentina se alzó con el bronce al vencer a Lituania por 87-75.
El COI rechazó las críticas a su decisión de designar a Pekín como sede olímpica y afirmó que el evento ha dejado un legado positivo para China.
Estados Unidos se mostró menos entusiasta y presionó por la inmediata liberación de ocho ciudadanos de ese país detenidos por protestar a favor de la independencia de Tíbet durante los Juegos.
"Estamos decepcionados por que China no haya utilizado esta ocasión para demostrar una mayor tolerancia y apertura", señaló la embajada estadounidense en un comunicado.
En la última jornada de competencias, el keniata Sammy Wanjiru lideró el trío de africanos que arrasó con el podio del maratón masculino de los Juegos Olímpicos.
Hubo también emoción para el equipo estadounidense de voleibol masculino, que se tomó revancha de Brasil luego de que el sábado la selección verdeamarilla venciera en la final de la rama femenina a la escuadra norteamericana.
La determinación del equipo de obtener la gloria en la jornada de cierre se vio reforzada por su arranque trágico en Pekín, cuando el suegro del entrenador fue asesinado por un delincuente en un sitio turístico de la capital china el primer día de competencias.
Anfitriones de oro
China celebró su oro número 50 con una victoria sorpresa de Zou Shiming en el boxeo. Más tarde vino el triunfo de Zhang Xiaoping en los 81 kilos.
Es la primera vez que un país alcanza esa marca después de que la Unión Soviética obtuviera 55 medallas doradas en los Juegos de Seúl 1988.
Por la noche, China clausurará esta edición olímpica con una ceremonia que, al igual que la de apertura, promete ofrecer un espectáculo imponente en el estadio Nido de Pájaro.
Los anfitriones estarán complacidos con el veredicto del COI, cuyo presidente, Jacques Rogge, calificó de "impecable" la organización y dijo que elevó notoriamente los estándares para Londres 2012.
Respondiendo a críticas sobre que los Juegos no han impulsado progresos en el controvertido tema de los derechos humanos en ese país asiático, el funcionario belga sostuvo que esa entidad no puede modificar la soberanía de un país "ni resolver todos los males del mundo".
No obstante, afirmó que esta nación pudo ser "escrutada" a nivel global y que se ha abierto al público internacional.
Sin embargo, Rogge no pudo decir mucho cuando fue confrontado con el relato de dos mujeres de alrededor de 70 años que fueron sentenciadas a un año de reeducación por presentar una solicitud para realizar una protesta durante los Juegos.
"La respuesta que recibimos de las autoridades fue que esta era una aplicación de la ley china", dijo el belga. "El COI no es una organización soberana y debemos respetar las leyes chinas", agregó.
El aire contaminado de Pekín fue una de las principales preocupaciones en las instancias previas a la inauguración de los Olímpicos.
Reservas sobre el modo en que esto afectaría a su salud disuadieron al etíope recordista mundial Haile Gebreselassie de competir en el maratón masculino.
Finalmente, estos temores parecieron largamente infundados cuando se corrió la carrera.
Las autoridades gastaron miles de millones de dólares para limpiar el aire de la capital en los últimos meses y una tormenta registrada la noche anterior también contribuyó.
Corriendo bajo un cielo azul, Wanjiru levantó sus brazos en señal de triunfo mientras aceleraba el paso en la pista del estadio olímpico de la capital china, para completar su prueba.
El keniata ganó con un récord olímpico de dos horas, seis minutos y 32 segundos. El fondista, quien lucía fresco pese al calor, obtuvo así el quinto oro para su país en el atletismo de Pekín.
"Presioné y presioné, tenía que desgastar a los demás", dijo Wanjiru. "Mi plan era llevar mi cuerpo al límite", reveló.
Aunque cuenta con numerosos triunfos en las carreras de fondo y maratones en grandes ciudades, ésta fue la primera victoria de Kenia en la carrera olímpica de distancia máxima.
Jaouad Gharib de Marruecos ganó la medalla de plata y el etíope Tsegay Kebede el bronce.
La carrera comenzó en la histórica Plaza de Tiananmen, símbolo del Gobierno comunista, albergue del mausoleo de Mao Tse-tung y escenario de las sangrientas protestas estudiantiles de 1989, y concluyó en el "Nido de Pájaro", símbolo de la modernidad china.
Rusia avanzó
En otros hechos destacados de la jornada 16 de los Olímpicos de Pekín, Rusia ganó la medalla dorada en la final femenina de gimnasia rítmica por equipos, para consolidar su tercer lugar en el medallero.
Zou ganó el oro número 50 para los anfitriones en la categoría de peso mosca, tras ganar la final ante el mongol Serdamba Purevdorj. Zhang se impuso en el combate decisivo al irlandés Egan Kenny en los 81 kilos.
En los 54 kilos, el cubano Yankiel León ganó la plata al caer en el combate final con Badar-Uugan Enkhbat, de Mongolia.
El ruso Alexey Tishchenko se quedó con el oro y el francés Daouda Sow con la plata en el peso liviano, en donde el cubano Yordenis Ugás se adjudicó el sábado el bronce compartido con el armenio Hrachik Javakhyan.
En la categoría de 69 kilos el cubano Carlos Banteaux salió segundo por detrás del kazajo Bakhyt Sarsekbayev.
Estados Unidos, que lideró el medallero de Atenas 2004, cuenta hasta el momento con 36 oros, muy lejos de los 50 de China, que por primera vez en la historia terminará al frente de la lista de preseas.
Con un quinto de la población mundial de donde elegir a sus atletas, las autoridades chinas han invertido miles de millones de dólares en un sistema de detección y formación de deportistas al estilo soviético, con la aspiración de maximizar la obtención de medallas.
Su estatus actual de superpotencia deportiva refleja su poderío económico global emergente.
Cuando la bandera olímpica sea arriada y transferida a Gran Bretaña, el Gobierno chino sentirá que la inversión de 43.000 millones de dólares en este evento fue dinero bien gastado.
El primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, y el ex capitán de la selección de fútbol de ese país David Beckham estarán el domingo en el "Nido de Pájaro" cuando China pase la posta olímpica al Reino Unido.
Los próximos anfitriones de la justa internacional se irán de China muy conformes con su cuarto puesto en el medallero general, su mejor resultado en un siglo.
Por su parte, Beckham declaró en una entrevista el sábado que China puede estar muy orgullosa de su organización del evento, pero que Londres lo hará incluso mejor, "sin ninguna duda".