El periodista José Salgar, quien murió el domingo a los 93 años en Bogotá, entró a trabajar en El Espectador cuando apenas tenía 13 años. Desde la modesta posición de fundidor de plomo, conoció las tareas que integra la actividad de hacer un periódico. Y se convirtió, desde las entrañas del oficio, en uno de los mejores y más influyentes periodistas del país. Fue reportero, redactor, jefe de redacción, subdirector y director de ese periódico, inmerso en la historia de Colombia. Intuitivo, profundo, de mente organizada y ágil, brillante titulador, Salgar alcanzó la consagración, no sólo por su talento, sino porque jamás perdió su curiosidad infantil, ni su capacidad de asombro, ni su sencillez de reportero. Estuvo siempre en la cacería de temas que luego vertía en reportajes y columnas. Fue maestro de varias generaciones de periodistas. Un nombre grande e importante en la historia del periodismo colombiano.
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