- Sus padres están felices porque su hijo podrá vivir plenamente.
- La compleja cirugía se practicó en la Clínica Noel y fue un éxito.
- Un joven se sometió el martes a una remodelación de genitales.
Juliana Correa H.
Medellín
Fue hace como un año y medio que los médicos se dieron cuenta de que algo en el cuerpo de Eliana Astrid no andaba bien y que existía la posibilidad de que no fuera una niña, sino un niño.
Sus papás, Óscar y Aceneth, sospechaban desde hacía mucho tiempo que Eliana no era una niña normal. Su temperamento y sus gustos hacían pensar que dentro del cuerpo con genitales femeninos, había en realidad un ser humano masculino. El dictamen médico determinó que Eliana sufría de hipospadia severa, una condición en la que el conducto uretral (por el que sale la orina) está en la base del pene, y el escroto se asemeja a los labios vaginales de la hembra.
Por eso al nacer, permaneció 17 días como N.N al cabo de los cuales se determinó que su sexo era femenino. Cuenta su mamá que su hija en lugar de jugar con muñecas como las demás niñas, prefería los carros y salir a montar en moto en Valdivia, el municipio donde nació. Estos años no han sido fáciles para Julián, hasta hace poco Eliana, y sus padres.
Las burlas en el colegio eran constantes y se convirtió en un joven rebelde. "Tiene un temperamento muy fuerte.
Nosotros queríamos cuidarlo como a una niña, pero era muy difícil", cuenta su mamá. Cuando se supo que era un varón, comenzó la lucha de la familia Areiza Arboleda para que a su hijo, que entonces ya era reconocido por sus padres como un hombre, pudiera acceder a una intervención quirúrgica que definiera su verdadera identidad sexual.
La cirugía
El camino para llegar al final feliz que vive hoy la familia Areiza Arboleda no fue fácil.
Fue necesario interponer varias tutelas hasta que finalmente, el año pasado, la Dirección Seccional de Salud de Antioquia autorizó la intervención denominada remodelación de genitales.
La cirugía tuvo dos momentos: el abordaje de la parte genital para exponer de forma clara los cuerpos cavernosos y liberarlos con el fin de darle cuerpo al futuro pene.
El doctor José David García, encargado de realizar la operación, explicó que la uretra estaba más profunda de lo que se pensaba.
Por esta razón, se utilizó una técnica para elaborar dos tubos de tejidos distintos. Los doctores tomaron parte de la mucosa de la vejiga para armar una uretra de aproximadamente 12 centímetros.
La operación tuvo una duración de casi ocho horas, debido a que el abordaje de los genitales estuvo más laboriosa de lo que los médicos pensaban.
Mientras que los galenos realizaban esta complicada operación el martes en la noche, Óscar y Aceneth, los padres del niño, esperaban impacientes los resultados de la intervención, que se prolongó más de lo esperado. Cuando el parte médico señaló que la intervención había sido exitosa, a sus padres les volvió el alma al cuerpo.
A eso de las 11:30 de la noche, Julián fue trasladado a una habitación y para ellos, se trata de un triunfo. Después de 15 años su hijo podrá tener una vida normal.
Probablemente esta sea la única cirugía que necesite Julián. El paciente se encuentra ahora en fase de recuperación. Los galenos creen que en 15 días podrá ser dado de alta. Sin embargo, deberá permanecer bajo supervisión médica.
Los doctores explicaron que es muy probable que pueda tener familia, lo que dependerá de la calidad de los testículos.
Al año se practican aproximadamente 10 operaciones de este tipo en la Clínica Noel, sin embargo, la de este joven tenía características especiales debido a su edad, que para estos casos, ya estaba muy avanzada.
Ahora Julián espera para vivir su vida como un hombre. Atrás quedan las burlas y la confusión que generaba el pensar que la sociedad lo catalogaba dentro de un sexo que no era el suyo.
La redefinición de genitales a la que se sometió, sin duda, cambiará su aspecto físico y su vida.
Quiere conducir carro y jugar en su PC
Julián señaló ayer en una comunicación telefónica desde su habitación en la Clínica Noel, que estaba un poco adolorido después de la intervención.
Confesó que tenía miedo antes de la cirugía, pero que cuando llegó a la clínica se le quitó.
Dice que cuando se recupere, volverá a jugar en el computador. También espera aprender a conducir carro muy pronto, aunque ya sabe manejar moto.
Este joven de 15 años sueña con estudiar tanatopraxia, que consiste en la preparación y arreglo de cadáveres. Dice que no le da miedo.