Al igual que cualquier familia prudente y responsable, los grandes banqueros del país han optado por reservar para eventuales tiempos difíciles una buena porción de las jugosas ganancias que obtuvieron en el 2008.
En medio de una economía desacelerada, los intermediarios financieros fueron líderes en utilidades, con un monto consolidado de 10,8 billones de pesos, según lo ha reportado la Superintendencia Financiera.
Los bancos marcharon a la cabeza, con 4,8 billones de pesos, de los cuales el número uno del mercado, o sea el Bancolombia, consignó en su balance 1 billón 43.000 millones de pesos.
¿Qué hacer con tanto dinero?
En tiempos de prosperidad económica, lo usual es que los dueños de casa (en este caso los accionistas), se lleven su buen pedazo a través de los dividendos. Para eso compran acciones. Es decir, para que sus títulos se valoricen y para que, a través de ellos, les entreguen parte de las ganancias netas de cada período.
Pero hoy las cosas no están para grandes fiestas. Cierto, la banca colombiana disfruta de un envidiable estado de salud, como lo afirman en coro los entes de regulación, el Gobierno y los gremios privados. Sin embargo, el medio económico en el que actúan estos intermediarios muestra unas claras señales de debilitamiento: Industria en recesión; construcción desacelerada; cajas registradoras del comercio que ya no tienen ese delirante abrir y cerrar; y miles de empleos danzando en la cuerda floja.
Sin contar con el tremendo lío que hay con la banca en Estados Unidos, cuya crisis ha llevado a algunos analistas a plantear recetas desesperadas como la nacionalización del sector.
Así las cosas, la Superintendencia Financiera considera que lo aconsejable sería, en lenguaje coloquial, guardar parte de los beneficios de la temporada de las vacas gordas, para cuando, eventualmente, se lleguen a presentar las vacas flacas.
El titular de ese despacho, Roberto Borrás Polanía, convenció de la bondad de esa iniciativa al Gobierno Nacional. Luego se fue a hablar del tema con los banqueros y, ¡vaya sorpresa!, estos empresarios ya habían comenzado a hacer voluntariamente ese ejercicio.
En términos técnicos, la idea es constituir unas reservas con cargo a las utilidades del 2008.
Esto nada tiene que ver con las llamadas provisiones legales, que se engordan con parte de las utilidades y que sirven para proteger bien sea el patrimonio de los accionistas o los depósitos de sus clientes.
Desde la perspectiva de los accionistas, tan ávidos por estos días de saber el valor de los dividendos que se propondrán en las próximas asambleas, eso significará que, en el corto plazo, a sus bolsillos irán menos recursos.
El estimado de la Superfinanciera es que mediante esta reserva se podrían atesorar entre 1,7 y 2 billones de pesos, por parte de los bancos, compañías de financiamiento comercial y las corporaciones financieras.
Según fuentes del Bancolombia, la organización está a la espera de que la Superfinanciera defina la manera como se constituirá esa reserva.
Por lo pronto, el banco que preside Jorge Londoño Saldarriaga ya ha dado una señal en esa prudente dirección. En reporte enviado al mismo ente de regulación, el grupo manifestó que su Junta Directiva decidió proponer en la próxima Junta Directiva un dividendo de 624 pesos por acción. Así mismo, llevará a la reserva legal 538.776 millones de pesos.
Nótese lo siguiente: El dividendo suma 491.600 millones de pesos y crece un 9,9 por ciento frente al valor pagado en el 2008, mientras que la reserva legal se fortalece en un 45,5 por ciento.
El Banco de Occidente, según información reportada a la Superfinanciera, dejará que sus accionistas decidan sobre la suerte de 182.497 millones de pesos, de los cuales 180.212 millones de pesos corresponden a las ganancias del segundo semestre de 2008. Su Junta Directiva considera sano que por la vía de los dividendos se reparta un 46 por ciento. El monto restante, y mayoritario por cierto, iría a parar a la reserva para inversiones negociables y a la reserva legal.
Borrás Polanía insiste: No hay situaciones de alarma en el sector financiero. Pero no está por demás tomar medidas adicionales para su fortalecimiento. Para eso la congelación de ganancias.
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