Suena a utopía: "La educación superior es un bien público social y un derecho humano universal".
En la Conferencia Regional de Educación Superior (Cres), la semana pasada en Cartagena, quedó claro que Latinoamérica y el Caribe están lejos de ese ideal.
Somos una región desigual donde cerca de 56 millones de personas, entre los 18 y 24 años, están fuera de la educación superior.
Mientras en algunos de nuestros países la tasa de cobertura llega al 60 por ciento, en otros no alcanza el 10. El año pasado en Colombia se graduaron 39 doctores y en Brasil lo hicieron 9.366.
¿En qué coincidimos? Ningún Estado invierte más del 1 por ciento de su PIB en educación superior. Menos de esa cifra es el conocimiento mundial que producimos.
El experto mexicano, Axel Didrikson, consideró, precisamente, que algunos de los retos son satisfacer la creciente demanda, aumentar los presupuestos de inversión y la formación doctoral.
El oscuro panorama que tenemos fue uno de los motivos para que en la declaración final de la Cres fuera recordado el carácter de bien público y de derecho humano de la educación superior.
En el texto se fijaron posturas frente a lo que se conoce como "fuga de cerebros", la cobertura, la calidad y la regionalización.
Los puntos que resume fueron los acordados por representantes de 37 países. Su mayor valor, quizá, está en que contó la participación tanto de académicos como de representantes de los gobiernos.
"Esta es la Cres más política", se atrevió a declarar su presidente Ana Lúcia Gazzola, para luego mencionar la presencia de ministros y viceministros de educación.
Esa presencia se valida porque en la declaración final se denuncia que países industrializados tiene políticas para la "sustracción de personal de alta calificación por vía de la emigración".
Gazzola fue clara y dijo que no se puede permitir más que la inversión en capital humano que hace la región la siguieran aprovechando en otras partes.
En cuanto a cobertura la declaración solicita más mecanismos de apoyo público a los estudiantes. Pide a las instituciones educativas crecer en diversidad, flexibilidad y articulación.
Un punto de clara coincidencia entre académicos y miembros de los gobiernos fue buscar una política regionalización.
La opción de que gobiernos e instituciones trabajen en equipo se presentó casi como la única vía para salir del túnel. Cecilia María Vélez White, fue una de las que sostuvo que en el tema "tenemos que ser un bloque".
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