La historia apareció en un diario nacional. Era una noticia sobre el desalojo de una familia y el drama lo conmovió. "Una de las claves para hacer una buena película es que uno tiene que estar muy enamorado de la historia", recuerda el director cinematográfico antioqueño Sergio Cabrera.
En compañía de Ramón Jimeno -periodista, guionista, productor de cine y televisión- escribieron el guión de La estrategia del caracol y ganaron el concurso nacional de guiones cinematográficos de largometrajes de la hoy extinta Focine.
"A pesar de haber ganado el primer premio, yo, que estaba tan enamorado de mi historia como debe ser, empecé a revisar el guión premiado y me di cuenta de que podía mejorar. Como mi primera película había sido Técnicas de duelo, con guión de Humberto Dorado y me había gustado mucho, le pedí que le hiciera una revisión general para mejorarlo. Humberto se tomó muy a pecho su trabajo. Sus aportes fueron tan importantes que mereció el crédito de la película".
Tuvieron que pasar seis años antes de que la película pudiera salir a la luz. El cierre de Focine, la falta de recursos económicos y de estímulos la llevaron a estar un año archivada hasta que tuvo su golpe de suerte: un empujón de Gabriel García Márquez.
"Estaba en México trabajando con Álvaro Mutis en el guión de Ilona llega con la lluvia, Álvaro invitó a Gabo a cenar con nosotros. Gabo me preguntó por la película. Le dije que se me habían acabado la plata y el entusiasmo. Cuando regresé a Bogotá me llamó y me dijo que quería verla. Vino al estudio, la vio y le encantó. Se puso en contacto con un productor mexicano y este a su vez con el gobierno francés. Cuando la película estuvo terminada le escribió al Festival de Cine de Venecia diciéndoles que tenían que verla. Así fue como me pidieron la película".
El éxito no se hizo esperar. La estrategia del caracol fue declarada fuera de concurso, aplaudida por la prensa internacional y recibió una ovación de pies de seis minutos cuando se proyectó en agosto de 1993 en la Gran Sala del Festival. "Fue muy emocionante, yo no lo podía creer. Aún hoy me embarga la emoción al recordarlo".
Han pasado 20 años, y la película sigue muy viva. "Impactó mucho y sigue estando vigente porque es un tema que al mismo tiempo es universal y contemporáneo. No ha cambiado el tema de las angustias de la gente con su vivienda y las relaciones del urbanismo.
En Europa está muy vigente. De hecho ahora en España la han pasado mucho a raíz de la serie de desalojos por efecto de la crisis.
La película, además de tocar el tema de la vivienda, toca otro que es muy atractivo como es la construcción de la solidaridad, de la confianza mutua para lograr objetivos comunes. La estrategia del caracol, de alguna forma es, como no lo pude hacer en la vida real, una revolución en una casa".
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