Los eugenios están de moda. Se trata de uno de los arbustos más utilizados para el levantamiento de setos y las razones de su uso abundan.
Es un arbusto que por sus frutos atrae diversas especies de pájaros. Se puede adaptar a climas fríos o cálidos, crece con rapidez y es "relativamente económico".
Sus cualidades las enumera Jorge Mario Henao, jefe de producción del vivero Tierra Negra, para quien no hay ni comparación entre un muro de concreto o una malla metálica, y una cerca vegetal.
Para erigirla hay muchas opciones pues, como lo señala el agrónomo Hernán González, "en principio, cualquier planta sirve de barrera".
Una planta para cada fin
No obstante, es necesario determinar la función que cumplirá, pues se pueden usar como medida de seguridad, para brindar privacidad a una propiedad o como un poderoso instrumento ornamental.
Para la primera función, hay especies como el jazmín de noche, el azahar de la India, el bambú, los pitosporum, el limón swingle -armado con poderosas tunas- y el mismo eugenio.
Las enredaderas caben en el rango de preferencias de aquellos que buscan la privacidad y el verde, antes que los muros y las mallas.
Los cissus, los ficus trepadores, las tumbergias, la uña de gato y las hiedras son algunas de las opciones.
En la categoría de las ornamentales se pueden encontrar especies decorativas como el san joaquín, la bignonia, el abutilón, la azulina y la duranta.
Otras especies que pueden utilizarse en la construcción de las cercas vegetales son las westringias -una de las novedades del mercado de los viveros- y las lantanas arbustivas.
A pesar de incluir los bambú y el pino ciprés dentro de las plantas utilizadas para levantar setos, Jorge Mario Henao señala que ambas especies cada vez son menos utilizadas.
La razón: ambas resecan el suelo. Mientras el bambú es rizomático y por ende tiene la capacidad de aparecer a metros de la planta original -con lo que puede estropear otras partes del jardín-, el pino deja caer sus acículas tóxicas sobre la tierra, lo cual impide que allí crezca otra especie diferente.
El abecé del seto
Según Henao, experto en la disciplina agropecuaria, el primer paso para la construcción de un seto es escoger la especie más adecuada según el piso térmico.
En segundo lugar, contar con un espacio apropiado en el cual el complejo sistema de raíces de la planta se pueda desarrollar.
"La gente siembra el limón swingle, uno muy pegadito del otro y esos arbolitos no engruesan", advierte el agrónomo González. "Si usted lo siembra a 30 o 40 centímetros le engruesan más. Y entre más gruesos más finos son", apunta.
Además, hay que tener un adecuado plan de fertilización, podar la planta según cada que lo requiera y, como última medida, tener un minucioso cuidado fitosanitario que mantenga la planta a salvo de plagas y enfermedades.
También es importante que se haga esta pregunta: ¿Está dispuesto a ver crecer su cerca? El tiempo en que el seto sea funcional puede variar bastante.
"Si usted siembra plantas no muy altas y conserva un metro o 1,50 entre planta y planta, se va a demorar mucho para llenar", señala Jorge Mario Henao.
"Pero si arranca a partir de plantas de un metro, 1,2 metros, 1,5 metros de altura, y las siembra juntas, se va a tener un seto casi conformado de la noche a la mañana".
Finalmente, otra de las recomendaciones principales es jamás olvidar que un arbusto, por más que esté cumpliendo una función para su propiedad, es un ser vivo que necesita de las condiciones adecuadas para sobrevivir.
"Mucha gente cree que llevar planticas es que crezca por sí sola, pero estamos hablando de seres vivos, y los seres vivos requieren cuidado al igual que nosotros", recuerda Henao.
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