El Organismo Internacional de la Energía Atómica (Oiea) aseguró este jueves que la situación en los reactores dañados de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi sigue siendo "muy seria", mientras los aviones para evacuar los extranjeros comienzan a llegar a Japón.
Graham Andrew, asesor científico del director general del Oiea, Yukiya Amano, declaró a la prensa que la situación en el reactor 3 de la planta es la "de mayor preocupación", ya que no se sabe nada sobre el nivel de agua en las piscinas de combustible nuclear usado.
Los equipos de emergencia de la central de Fukushima comenzaron este jueves a utilizar cañones de agua para tratar de enfriar el reactor, después de que varios helicópteros arrojaran agua sobre esa unidad, informó la televisión nipona NHK.
En la planta nuclear 23 personas resultaron heridas, dos están desaparecidas y en más de 20 se ha comprobado que tienen contaminación radiológica de diverso grado.
Mientras, las autoridades de Japón aumentaron a 5.429 los muertos y a 9.594 los desaparecidos por el terremoto y posterior tsunami.
Se teme que la cifra final de víctimas se incremente en algunos de los municipios de las provincias afectadas como Iwate, Miyagi, Fukushima, donde militares y reservistas japoneses ayudados por voluntarios extranjeros continúan la búsqueda de desaparecidos.
El temor a la radiactividad ha activado los planes de evacuación de ciudadanos extranjeros y aviones procedentes Francia, el Reino Unido, Colombia, México, Brasil y Chile comienzan a llegar al aeropuerto de Tokio.
China, país del que procede la mayor comunidad extranjera en Japón, ha organizado autobuses desde las ciudades de las zonas más devastadas (Miyagi, Fukushima, Iwate e Ibaraki) hacia Tokio y Niigata, además, las aerolíneas China Eastern y China Southern han aumentado los vuelos chárter a Japón para facilitar este regreso.
A la inquietud por las radiaciones se sumó este jueves el anuncio de un posible gran apagón en Tokio que podría alterar los transportes para salir de la ciudad en los próximos días, lo que hizo que parte de quienes seguían en la metrópolis, japoneses y extranjeros, decidieran finalmente abandonarla.
Los trenes hacia Osaka, a unos 400 kilómetros, partían este jueves de Tokio mucho más llenos de lo habitual aunque sin llegar a estar repletos.
En otro orden de cosas, la Comisión Europea evitó este jueves comentar las declaraciones del comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, en las que consideró "apocalíptica" la situación nuclear de Japón y se limitó a decir que siguen la situación de cerca y ofrecen todo su apoyo.
Oettinger afirmó este jueves que en Europa no todas las centrales nucleares que deben ser sometidas a pruebas responden a los criterios de seguridad más exigentes.
"Las pruebas de resistencia que la Unión Europea va a llevar a cabo mostrará que no todas las centrales responden a las normas de seguridad más estrictas", declaró Oettinger a la cadena de televisión franco-alemana "Arte".
Desde Bruselas, la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, informó este jueves de que Japón había solicitado a la Unión Europea (UE) ayuda en las labores de apoyo a los supervivientes del terremoto muchos de los cuales han quedado desplazados o viven en refugios.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió al primer ministro nipón, Naoto Kan, que su Gobierno hará todo lo que pueda para ayudar a Japón a recuperarse.
"El presidente enfatizó en que Estados Unidos está determinado a hacer todo lo posible para apoyar a Japón en sus esfuerzos por superar los efectos del devastador terremoto y del tsunami del 11 de marzo", explicó su portavoz, Jay Carney.
En el orden económico, el yen alcanzó este jueves frente al dólar su máximo valor desde el fin de la II Guerra Mundial a la espera de que Japón tenga que hacer uso un gran volumen de fondos para financiar la reconstrucción de las zonas afectadas.
El Banco de Japón (BOJ) intentó este jueves rebajar el pánico de los inversores en la Bolsa de Tokio con una inyección de 6 billones de yenes (54.534 millones de euros) por cuarto día consecutivo.
Esta medida ha sido respaldada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya portavoz, Caroline Atkinson, dijo este jueves en una rueda de prensa que la organización consideraba que las medidas puestas en práctica por el Gobierno japonés, entre ellas la inyección de 180.000 millones de dólares en su sistema económico, son las adecuadas.