x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

La tecnología es una loca absoluta

  • La tecnología es una loca absoluta
16 de mayo de 2011
bookmark

Claro que la mayoría de ustedes no recuerdan los corrillos familiares en torno a un radio Philco de cuatro tubos, por allá en aquellos tiempos en que apenas estaba la carrera Junín dando a luz el famoso Astor de los también famosos "moros". Era el hermoso tiempo en que un aparato de radio resumía la magia de escuchar voces originadas en Europa, en Estados Unidos, en países vecinos. Los ojos asombrados de quienes escuchaban por primera vez a veces se elevaban como buscando al Espíritu Santo.

Fueron años de radio común y luego de algunos transoceánicos que solo podían comprar los que ahora compran televisores con tercera dimensión. Porque los televisores de los pobres de ahora apenas sí tienen la reversa, y no la tercera. Son aparatos que a duras penas se parecen al arco iris. En fin, el Maestro dijo alguna vez: "Siempre tendremos pobres con nosotros"... pero sin tercera dimensión.

Me desvié porque yo iba sobre la producción de aparatos nuevos cada semana, de complicados mecanismos que entre otras cosas no alcanza uno a saber para qué sirven, ni de dónde vienen ni para dónde van. Y con el aluvión de tecnología nos llega también el tsunami de las palabras importadas, inventadas o lo que sea, que lo dejan a uno pensando si tanta locura puede caber en una sola generación y en unos cerebritos que recuerdan todo eso, pero que han olvidado la palabra AMOR.

PAUSA. Cada hombre es un tratado de la insignificancia.

PERRO. En esta calle ciega donde he invertido más de treinta años de mi vida apareció hace algunas semanas un pequeño y hermoso milagro, un perro. Uno de tantos callejeros a los que ni siquiera miramos y que tampoco suele mirarnos a nosotros. Nadie me da razón de su llegada. Yo no la vi, la escuché cierta mañana con un ladrido de alarma y quise ver de qué se trataba. Y era ella, la perrita parda, de ninguna raza, que ladraba a un desconocido de la calle ciega.

Lo extraño fue su saludo. Me saludó con su cola y su movimiento de orejas, se acercó hasta mi puerta y con un andar lento, respetuoso, de amigo nuevo, entró a mi casa. Le ofrecí un trozo de carne y no lo recibió, pero yo recibí una sonrisa suya. Los perros sonríen, no lo he descubierto yo. Lo que sí descubrí esa mañana es que la perra, sin nombre hasta el momento, se convirtió en vigilante de la calle ciega y no olvida ladrar cuando llega alguien que no vive en estos lados. Va de una esquina a la otra y busca lo que necesita en las puertas de las casas donde le dejan agua y alimentos.

¿Por qué anda un pequeño animal uniendo a los vecinos de la calle ciega? ¿Qué mensaje secreto pero en voz alta va diciendo la perrita sin nombre, sin raza, sin dueño? Si no fuera porque anda correteando a los forasteros, yo diría que nos ha traído un mensaje de amor. Pero también pienso que tiene razón.

A las personas hay que olerlas por lo menos una vez para saber si no vienen cargadas de odio y amenazas. Otra vez el perro ocupa el podio de la sabiduría.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD