La avalancha registrada en la zona rural de Isnos, donde la quebrada La Chorrera se represó y después rompió toda la contención natural a su alrededor, dejó al menos cuatro muertos y once desaparecidos, pero, de paso, desnudó otra vez nuestro incipiente sistema de prevención del riesgo.
Tan vulnerables somos que una segunda avalancha en la misma zona estuvo a punto de hacer más dolorosa esta tragedia. Seguimos atados a la costumbre de reaccionar y no a la de prevenir. Pero algo tendremos qué hacer para revertir esta situación.
Lo de Isnos, como ha pasado en tantas otras regiones del país, es muestra fehaciente de que el cambio climático está aquí. No de otra forma se explica que en cuestión de horas pasemos de una sequía extrema a fuertes aguaceros y tempestades. Toda nuestra solidaridad con las familias de las víctimas y con los damnificados.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6