Antes nadie podía salir de Medellín, o de las capitales, a los pueblos o fincas, porque lo secuestraban. Ahora los puentes y fines de semana viaja tranquilo todo el mundo.
Antes todos los comerciantes de los pueblos pagaban vacuna, ahora solo algunos.
Antes todos los jefes paras y mafiosos andaban tranquilos por todas partes, ahora andan por los corredores de las cárceles.
Antes la mitad del país era de los paras y la otra mitad de los guerrillos, ahora los que no están muertos o presos andan huyendo y escondidos.
Antes los más agresivos opositores del gobierno andaban en el exterior para que no los mataran, ahora critican y atacan desde Colombia misma, protegidos por el Estado.
Antes en casi 250 municipios no había ni un policía, ahora los hay en todos.
Antes los falsos positivos no se sabían, ahora hay mucha gente en la cárcel por semejante atrocidad.
Antes no se sabía quién era hampón u honrado, ahora ya se diferencian públicamente.
Antes los medios de comunicación se sentían libres de la presión oficial y esclavos de la presión de los capos y los paras y los guerrillos, ahora son libres de todos.
Antes los gobernantes no hablaban con la gente y sólo los veíamos en los cocteles, ahora cada rato el Presidente da la cara en los consejos comunales y la calle.
Antes las victorias militares eran pocas, ahora hay resultados que el mundo entero admira.
Antes los corruptos "trabajaban" tranquilos, ahora tiemblan.
Antes cientos de alcaldes de pueblo gobernaban desde las capitales, ahora no.
Antes se tapaban los delitos de cuello blanco, ahora se destapan.
Antes la extorsión y los secuestros eran un gran negocio, ahora casi no existen.
Antes eran muchas las entidades estatales paquidérmicas e inútiles, ahora desaparecieron tantos elefantes blancos que parecían intocables.
Antes una crisis económica mundial como la que vive el mundo hubiera acabado con el país, ahora se puede sobrellevar e incluso aprovechar.
Antes, la mayoría de los colombianos no teníamos esperanzas, ahora somos optimistas.
Antes los gobiernos terminaban su mandato con una popularidad negativa o muy cerca a serlo y ahora se termina con mayoría positiva.
Antes era democrático, para la oposición, la voluntad de las mayorías, ahora para la reelección, las mayorías no son democráticas.
Algo ha cambiado, ¿o no?
No todo tiempo pasado fue mejor. Hay logros que no se pueden perder aunque también hay logros que no se han alcanzado, especialmente en el sector social. Las Farc esperan el cambio de gobierno para poder volver a lo de antes. Hay que tener cuidado. El país necesita decisión, pantalones bien puestos. Que no permitan el jueguito con los secuestrados de soltarlos en medio de un enorme show cuando podrían liberarlos simplemente, como hacen con los secuestros extorsivos, cuando pagan y no los matan. Hay que continuar con las políticas de Estado, aunque las personas pueden cambiar. Pero si no es Uribe, ¿quién?
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