Como antesala a la ascensión del rey Felipe VI en España, vale la pena aclarar que desde el punto de vista económico su figura es representativa en el lobby que hace España en el exterior.
Se puede decir que la Monarquía española es quien representa la marca país afuera de España. Según analistas, los 7,7 millones de euros que tiene como presupuesto la Casa Real para 2014, es un valor menor si se compara con los millonarios negocios potenciales que el monarca consigue alrededor del mundo para la economía española.
Si bien está el reto de superar de una vez por todas la crisis que ajusta 6 años, esta labor no depende directamente del rey porque es el parlamento quien decide el rumbo.
Humberto Montero, editor de economía del diario La Razón de España, dijo a El Colombiano que el reto económico que tiene Felipe VI una vez proclamado rey, es continuar la labor de cabildeo que hizo su padre en el exterior y que él mismo ya venía haciendo como príncipe, con la ventaja de que "no tiene el desgaste de la figura del rey Juan Carlos I y quizá tenga una mejor lista de contactos en el mundo, especialmente en Latinoamérica".
Por eso su labor más a corto plazo es seguir persuadiendo gobiernos para hacer más negocios que impacten favorablemente la economía española, cabildeo vital porque el mismo Índice de la Bolsa de España, el Ibex 35, así lo evidencia. Según datos bursátiles, el 65 por ciento de los ingresos de las 35 empresas que lo conforman, provienen del exterior y de ese porcentaje, casi la mitad tiene negocios en Latinoamérica como es el caso de Zara, Mango, Santander, Telefónica, por citar algunos casos. Un desafío a nivel local, es lograr convencer a los empresarios catalanes a detener cualquier acción independentista porque son claves para la estabilidad económica del país.
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