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Los antiguos resucitan por pasión

SON MUCHOS LOS aficionados que dedican buena parte de su tiempo a restaurar autos antiguos. Es una pasión que requiere disciplina y paciencia, y no siempre está relacionada con millonarias inversiones.

  • Los antiguos resucitan por pasión | Hernán Vanegas | Este es el Packard Eight 1935, coupé convertible referencia 1201 en el que Herman Gutiérrez lleva 14 años trabajando para lograr su restauración total. Cada detalle se trabaja de manera meticulosa con el fin de llegar al estado original. Este vehículo se podrá apreciar hoy por las calles de Medellín durante el décimo quinto Desfile de Autos Clásicos y Antiguos EL COLOMBIANO.
    Los antiguos resucitan por pasión | Hernán Vanegas | Este es el Packard Eight 1935, coupé convertible referencia 1201 en el que Herman Gutiérrez lleva 14 años trabajando para lograr su restauración total. Cada detalle se trabaja de manera meticulosa con el fin de llegar al estado original. Este vehículo se podrá apreciar hoy por las calles de Medellín durante el décimo quinto Desfile de Autos Clásicos y Antiguos EL COLOMBIANO.
06 de agosto de 2010
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Muchos los tildan de locos, pero esto poco le importa a un verdadero coleccionista de autos antiguos.

Es tal la pasión de estos gomosos por los automóviles, que les resulta indiferente si se demoran uno, dos o catorce años para devolverlos a su estado original.

Ese mismo que lucían cuando salieron al mercado hace 35 años (categoría antiguos) o incluso más, como los del primer cuarto del siglo 20 que hoy ostentan título de clásicos y lucen placas azules. En Medellín solo hay ocho con esta categoría.

"Llevarlos a un buen nivel es un proceso de muchos años", explica Herman Gutiérrez Maya, un gomoso de los autos que confiesa que su afición se remonta "al vientre materno donde jugaba carritos, pero viejos", dice medio en broma.

Desde que tiene uso de razón le fascinan los autos antiguos. Incluso de pequeño su papá le daba gusto persiguiendo en su Volkswagen algún modelo que se cruzara en su camino, para que Herman pudiera apreciarlo en detalle.

Estudió Ingeniería Mecánica en Eafit y ha sido su mejor aliada para dedicarse a la reconstrucción de muchos vehículos que terminan volviéndose patrimonio.

Él, como muchos otros gomosos, se mantiene "con 100 ojos" a ver dónde encuentra un viejo modelo que pueda conseguir y dedicarse a recuperar.

"Si algo me caracteriza es la perseverancia que tengo", afirma. Y vaya si la tiene. Hoy participará con su Packard Eight 1935, un verdadero clásico que está a punto de obtener placa azul, y al que le estuvo trabajando durante los últimos 14 años.

Aconseja, a manera de Regla de Oro, que cuando se va a comprar un carro de estos debe ser "primero bueno y después bonito", para evitar caer en el típico error de empezar al revés.

Como segunda norma señala que una vez que tiene el auto debe conseguirse toda la literatura del carro, estudiarla muy bien y acogerse a todo lo que dice.

"Uno no se puede dejar llevar por los consejos del tapicero o del mecánico. Si lo hace se tira en el carro".

También es preciso adquirir el manual con las especificaciones "que le permitirá a uno ver lo que le falta. Ahora hay una gran ventaja llamada Internet que le permite a uno localizar las piezas, algo que no estaba cuando yo empecé".

Para este ingeniero que actúa a manera de director del equipo que elige para restaurar, la originalidad es muy importante. "La idea es recuperar un modelo antiguo sin convertirlo en un auto nuevo y disfrutar el proceso".

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