No son consagrados, apenas están en el colegio y en varios casos las raquetas les quedan grandes. Pero casi desde la cuna, las firmas patrocinadoras se fijan en los tenistas jóvenes del país.
Una veintena de jugadores en Colombia, todos reunidos en Medellín para el Torneo Grado 1 Open-EPM de tenis de campo, ya juegan con una marca de raquetas, tenis o de indumentaria, pese a que no tienen ni la fama ni "mojan prensa" como los profesionales con títulos encima.
Por Antioquia, tenistas como Sergio Luis Hernández, Felipe Gómez Saldarriaga (Babolat), Juan Martín Ramírez (Wilson), María Gómez (Head) y Juan Manuel Benítez (Prince) ya tienen sus raquetas, maletines, termobags, grips, encordados y otros accesorios entregados por una marca profesional.
Para Carlos Colmenares, gerente general de la compañía Ceditenis Babolat, una de las patrocinadoras, la idea es tener a los tenistas desde pequeños. "La tecnología juega un papel fundamental en el desarrollo deportivo de los tenistas, en especial los más jóvenes".
Un juvenil, con total participación en la gira nacional, tiene un presupuesto aproximado de 20 millones de pesos al año. Si clasifica a torneos en el exterior, la suma se incrementa casi en un 30 por ciento. Por eso, la llegada de un patrocinador alivia las cargas.
En el caso de Sergio Luis Hernández, hijo de la extenista Catalina Ramírez y del comunicador de la Liga Antioqueña, Daniel Hernández, los patrocinios ayudan a solventar el 40 por ciento de los gastos de su hijo, una de las dos mejores raquetas en la categoría de 12 años, y clasificado para el Suramericano de noviembre en Sao Paulo.
"Es una ayuda, tanto los implementos deportivos, como el ser elegido en un equipo como EPM que costea los viajes. Este es un deporte costoso para desplazamientos e implementos", sostiene su padre Daniel.
Y aunque la lidia con los patrocinadores no es fácil (Valentina González, número uno en 12 años, dejará su marca para irse con Babolat), tener una firma en la raqueta y unos pesos de más en el bolsillo, ayudan. Así todavía estén en el colegio.
Pico y Placa Medellín
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