Todos los años el fútbol pierde deportistas que dejan huella y este 2013 no fue la excepción. Tres estrellas brasileñas no tendrán la oportunidad de disfrutar del Mundial en su país. Uno de los que falleció fue el célebre lateral derecho Djalma Santos, que jugó los mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962.
Djalma es recordado como el primer marcador ofensivo. Murió en julio, a los 84 años de edad. Unos meses después siguió sus pasos, Nilton Santos, quien fuera su compañero en la selección auriverde. También se despidió el recordado portero Gilmar.
Tristemente Ecuador perdió a Cristian Benítez, futbolista que todavía se encontraba activo y era la gran estrella de ese seleccionado en la actualidad. Sufrió un ataque al corazón con tan solo 27 años.
Otros legendarios aparecieron en los obituarios en estos 12 meses. El uruguayo Ladislao Mazurkiewics dejó una gran tristeza entre los charrúas, al fallecer a los 67 años de edad. El golero es recordado por su participación en Inglaterra 66, México 70 y Alemania 74. Los uruguayos también despidieron a Luis Cubillas, que participó en tres mundiales y, como técnico, dejó múltiples enseñanzas en los equipos que dirigió en Suramerica, entre ellos al Atlético Nacional.
A los 72 años también falleció la leyenda del fútbol marroquí Allal Ben Kassou, que defendió la portería de su nación en 116 ocasiones. A él se unió el español Antoni Ramallets, que se consagró en el mundial de Brasil 1950, en el que fue apodado el gato de Maracaná por su agilidad y la actuación que tuvo en el estadio brasileño bajo los tres palos.
Camerún, por su parte, volvió a perder un símbolo de su fútbol. A los 52 años, Louis Paul Mfede, recordado por la gran Copa Africana de Naciones que realizó en 1988, murió. No fue la única pérdida este año para las naciones africanas, lo acompañaron el senegalés Djibril Alioune, el ghanés Emmanuel Quarshie y el argelino Abdelhamid Kermalí.
Otro futbolista ya retirado, pero todavía joven, también se fue. Se trata del exdelantero italiano Stefano Borgonovo, que a sus 49 años de edad batalló por cinco años contra una enfermedad degenerativa del sistema neuronal.
Los franceses, por su parte, despidieron a los exfutbolistas Pierre Pleimelding y Jean Vincent.
Entrenadores como Jan Zwartkruis, que dirigió a Holanda a finales de los 70 y principios de los 80; y el brasileño José Mehdi Faria, que llevó a los octavos de final a la selección de Marruecos en México 1986, también fueron pérdidas sensibles para el fútbol.
Un cáncer venció a Bruno Metsu, técnico recordado por su larga cabellera y por haber sido quien guió a Senegal a los cuartos de final del Mundial de Corea y Japón 2002. Mory Goita, que fuera técnico de Malí, también dijo adiós.
Hubo directivos que se unieron a la lista de descesos. El presidente de la Sampdoria en Italia, Riccardo Garrone, falleció tras una larga enfermedad. Al igual que Joao Rocha, recordado dirigente del fútbol portugués. Gabriel Monachon, amigo personal del presidente de la Fifa Joseph Blatter y con una reconocida trayectoria dirigencial en Suiza, engrosó las pérdidas.
Hay que decir que este año el fútbol y la vida siguieron su curso y quienes cumplieron su ciclo, se fueron dejando una huella imborable en el deporte rey.