La adrenalina, el ruido y el peligro se dan cita, las noches de los jueves, en el kilómetro nueve de la vía a Las Palmas.
Allí, en el sector del mirador tres, después de las 10:30, empieza una exhibición de piques, protagonizada por más de un centenar de motociclistas que se abren paso en medio de unos tres mil espectadores que se cierran peligrosamente sobre la calzada para no perderse detalles de las piruetas.
Uno de los picadores más reconocidos es Diego Puerta , 'Paskín'. Para él, que no tiene más de 20 años, estar allí es diversión y una forma de conocer amigos. "Aquí no hay apostadores, todo es goma y el que quiera calmarla lo hace demostrando sus habilidades con la moto. El reconocimiento es el aplauso de la gente que viene a vernos", dice.
Sostiene que desde hace tres años frecuenta Las Palmas, tras el cierre de las pistas de Niquía, en Bello, y se queja porque cada rato la Policía y el Tránsito se le llevan la moto, lo que considera injusto, pues en el Valle de Aburrá no tienen dónde practicar. "A Medellín, para ser paraíso, solo le faltan el mar y un escenario para los deportes de motor", dice en tono jocoso.
Pero las autoridades de Medellín recuerdan que estos muchachos violan varias normas de tránsito y no sólo ellos se ponen en peligro sino también los espectadores y los usuarios de esa carretera que comunica la ciudad con el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro.
Además hay denuncias sobre apuestas, interrupción del tráfico y ataques a los guardas del Tránsito cuando ejercen control. Algo similar ocurre en la zona de la 70, en Belén Las Playas.
Las quejas las replican los habitantes de condominios residenciales vecinos, pues para ellos la noche del jueves y la madrugada del viernes son de pesadilla.
Pico y Placa Medellín
viernes
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