No hay adjetivos para calificar la actuación de la madre capturada la semana pasada por "alquilar" a sus cuatro hijos para la prostitución.
Alias la Tata fue denunciada por su propia madre, abuela de los menores, y las autoridades tienen pruebas suficientes para castigar la infamia de esta mujer. No hay derecho a que tengamos que seguir registrando casos tan aberrantes contra nuestros pequeños.
Ojalá que las denuncias por estas prácticas de "esclavitud sexual" se multipliquen, porque no son hechos aislados, sino sistemáticos. La explotación infantil es delito.
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