Mientras la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, señalaba ayer la captura de varias personas sorprendidas mientras saqueban las tiendas de la distribuidora de electrodomésticos Daka, en Valencia, capital del estado de Carabobo, el presidente Nicolás Maduro minimizaba los hechos y acusaba a la "burguesía parasitaria" y a E.U. de una supuesta guerra económica contra el país.
La situación es tan compleja que en Venezuela cada quien parece interpretar a su manera las decisiones del presidente Maduro. Sucedió el fin de semana, cuando en uno de sus actos "a favor del pueblo", advirtiéndole a E.U. y Europa que en Venezuela también se quería parrandear en diciembre, en una decisión, calificada como arbitraria, estilo Robin Hood, ordenó la "ocupación" de tiendas acusadas de especular y que su oferta fuera vendida a "precios justos".
Acto seguido denunció a las superficies distribuidoras de electrodomésticos o línea blanca, entre ellas a la local Daka, propiedad de empresarios árabes y una de las mayores cadenas nacionales.
"He ordenado la ocupación de esa red de tiendas y sacar los productos a la venta al pueblo a precios justos, que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes", declaró Maduro para dar fuerza a su medida.
Saqueos
Mientras en Caracas miles de personas hicieron filas de cuadras para adquirir electrodomésticos, que serían distribuidos a mitad de precio; en Valencia, una multitud, entre la que figuraban miembros de la guardia nacional, según testigos, asaltó los almacenes y en menos de dos horas barrió con el contenido.
Alertadas por los hechos de Valencia, la policía rodeó los negocios de Caracas para garantizar la seguridad y evitar que la multitud que acudió a comprar terminara arrasando con las tiendas. Los alcances de la medida no pararon ahí, ayer varios almacenes sospechosos de especulación amanecieron rodeados por la guardia nacional e inspectores. En otra alocución pública el mandatario advirtió que el control a la "burguesía parasitaria apenas empezaba".
Desde uno de los barrios chavistas de Caracas sentenció: "Yo se los dije muchas veces y no me escucharon, ahora ya no hay arrepentimiento". Ante la amenaza del Presidente de confiscar mercancías con las que se estaría especulando, los propietarios de los negocios mantienen a la mano los libros contables para enseñárselos a la autoridad.
Se conoció que además de los retenidos por saqueo, la fiscalía también tiene detenidos a varios de los propietarios y ejecutivos de las tiendas Daka y JVG. Están retenidos en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia.
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