Las imágenes del efecto que provocó en varios sectores de Medellín el aguacero de ayer servirían para hacer una película de terror.
Calles que desaparecieron bajo el agua, árboles que cayeron sobre vehículos, tacos interminables de vehículos atrapados por la lluvia y miles de personas que pensaron en que se iba a acabar el mundo.
Fueron poco más de 45 minutos de un diluvio que por fortuna no dejó víctimas humanas, pero sí daños materiales en céntricas zonas de la ciudad y el occidente.
El fuerte aguacero llegó acompañado de un vendaval que arrancó buena parte de las cosas que encontró a su paso. La fotografía publicada por este diario de un árbol que fue arrancado del piso con losa de cemento y todo, da muestra de la ferocidad del clima.
Todo esto para llamar la atención de nuevo sobre la necesidad de ser preventivos y cuidadosos a la hora de enfrentar esta ola invernal que ya llegó. Las inundaciones son, en muchos casos, por indisciplina en el manejo de las basuras, que taponan los sumideros de aguas.
Es fundamental, además, evitar el tránsito de vehículos por zonas donde continuamente hay acumulación de aguas lluvias, como son los sumideros, y sobre todo alejarse de los árboles, muchos de los cuales son viejos y no aguantan la fuerza de los vientos. No podemos evitar los aguaceros, pero sí mitigar sus daños.
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