Que ese libro tan bueno de Cortázar, que se leyó hasta dos veces, que le gustó tanto, pero que ya, con nostalgia y todo, tiene destinado al polvo del estante. Ese que, sin usted saberlo, alguien anda buscando fallidamente desde hace tiempo.
Plata no necesita. Al estilo de los indígenas, que hacían trueque como sistema de transacción comercial, usted deja el libro de Cortázar y se busca otro. Y todos quedan contentos.
Por segundo año consecutivo se realiza desde hoy, y hasta mañana, el Trueque Literario en la Universidad Eafit.
"Es la posibilidad de cambiar entre sí libros de segunda mano. Hay muchos tesoros y ediciones que ya no existen, libros difíciles de encontrar y de repente aparecen", explica Martha Senn, jefe del centro cultural biblioteca Luis Echavarría, que organiza el evento.
La idea es que cada persona lleve los libros que tiene en casa y los cambie por los que han llevado otros usuarios.
También por los que han donado 14 editoriales y dos bibliotecas que se unieron con la actividad y que suman más de 1.500 libros de literatura. Todos nuevos.
Además están los textos que quedaron del trueque del año pasado. En total, para intercambiar, son unos tres mil. Se espera una cantidad de gente con esta misma cifra y unos cinco mil trueques.
"La oferta es muy buena, sabiendo que cada libro tiene su lector y hay toda clase de autores", señala Carolina Martínez, quien es la coordinadora logística.
Hay novela, cuento, poesía, ensayo, crónica, biografía, historia, política, teatro y libros infantiles y juveniles. Todo dentro del género literario. No hay espacio, por ejemplo, para el libro de matemáticas. Sólo literatura.
Y cada persona tiene, por día, posibilidad para cambiar cinco libros, que cumplan las condiciones: no pueden ser piratas, ni fotocopias y deben estar en buen estado.
¿Para qué?
El trueque literario se inició el año pasado y muchos fueron los que quedaron antojados.
La intención con la actividad, según explica Senn, es "fomentar la lectura. Entonces en cumplimiento de ese aspecto misional, hacemos actividades culturales como ésta, que nos permite convocar a toda la ciudad".
Al trueque pueden ir todas las personas que quieran, sin tener que pagar nada. Todo porque, como opina Alberto Sánchez, gerente comercial de la editorial Planeta, "debemos dejar de ver al libro como una obligación, ya que en realidad es un placer".
Así que escoja y aliste sus libros. Desde las 10:00 de la mañana y hasta las 7:00 de la noche, alguien estará esperando al Cortázar empolvado, y otro autor, lo anda esperando a usted.
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