Como un ángel guardián que salvó centenares de vidas con sus actividades de desminado humanitario calificaron familiares al capitán Víctor Hugo Valencia Calderón, de 31 años, quien murió ayer víctima de una mina, en el sitio Taque, de San Andrés de Cuerquia, donde las Farc dinamitaron dos postes del servicio de energía y dejaron sin el fluido eléctrico cinco municipios del norte de Antioquia.
El oficial, quien era el comandante del grupo antiexplosivos Marte, de la Séptima División del Ejército, trataba de desminar el sitio para garantizar la entrada de una cuadrilla de las Empresas Públicas de Medellín que iniciaría la reparación de las estructuras para ponerle fin al apagón al que la guerrilla sometió desde la noche del sábado a los habitantes de los municipios de Toledo, San Andrés de Cuerquia, Ituango, Peque y San José de la Montaña.
El comandante de la IV Brigada del Ejército, general Alberto José Mejía, informó que el hecho se produjo cuando el perro que acompañaba al oficial no detectó una de las minas instaladas por la guerrilla en el sector y el militar pisó un artefacto que le amputó las piernas.
En ese momento, el grupo Marte ya había eliminado un primer campo minado e iniciaba las tareas de desminado de un segundo sector sembrado con estos artefactos explosivos.
El capitán fue evacuado de la zona. "En menos de cinco minutos se hizo presente en el sitio un helicóptero del Ejército, que apoyaba las labores de desminado y trasladó al capitán a Medellín, quien lamentablemente murió en la aeronave", dijo el general Mejía.
El comandante de la IV Brigada destacó, además, la valentía del oficial, quien había desactivado los campos minados que dejaron los guerrilleros de las Farc, en recientes hechos terroristas ocurridos en la vía a Briceño, donde atravesaron un campero, hecho que durante tres días dejó sin víveres a esa localidad del norte de Antioquia.
También fue el responsable de desactivar un camión cargado con explosivos en la carretera San Andrés de Cuerquia-Ituango.
El general Mejía insistió en que a pesar de esta adversidad, las tropas siguieron su trabajo para devolverle el servicio de energía en las próximas horas a las comunidades afectadas.
Zuli Constanza Roa, esposa del capitán, indicó que él era muy amable, honesto con su trabajo y muy responsable con su hijo, que tiene siete meses, y con sus padres y hermanos que viven en Cali, donde será sepultado.
"En Antioquia trabajó más o menos un año y antes había estado en la escuela de Ingenieros Militares, donde contribuyó con el desminado humanitario en muchas zonas del país, en especial en el departamento de Arauca", destacó la esposa.
Angustia
Por su parte, Néstor Encinales, gerente de Distribución de Energía de EPM, aseguró que si todo sale bien y hoy temprano los expertos del Ejército logran terminar las labores de desminado, al mediodía se podría restablecer el servicio de energía para los cinco municipios que están a oscuras desde las 10 de la noche del sábado pasado.
Una habitante de San Andrés de Cuerquia indicó que la situación es muy difícil, porque están con los celulares descargados, sin escuchar noticias y los alimentos perecederos se descomponen, aunque en el hospital y algunos negocios tienen plantas eléctricas.
En Toledo se vive una situación similar, una enfermera del hospital indicó que con una planta eléctrica están tratando de mantener refrigeradas las vacunas. Agregó que el comercio está desesperado por las pérdidas que empiezan a registrar y hay escasez de gas.
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