San Antonio es una vereda ubicada a 20 minutos de la cabecera municipal de Santander de Quilichao, en el norte de Cauca. Allí se encuentra un socavón, el cual fue presa de la inestabilidad del terreno el pasado miércoles en la noche, que hasta el momento mantiene 13 mineros desaparecidos.
El director Seccional de la Cruz Roja en Cauca, Julián Prado, quien está al frente del rescate de los mineros, manifestó que esta tragedia se debió principalmente por la inestabilidad del terreno y la fuerte humedad que registran estas minas, que por cierto, funcionan de manera ilegal.
José Francisco Carabalí, uno de los cuatro mineros que logró salir con vida, recuerda con angustia el momento en que todo se vino abajo. “Escuchamos una traqueadera, cuando todos salimos corriendo porque alguien grito que se había venido la montaña y yo salí sin mirar para donde estaba corriendo”, señaló el ahora sobreviviente.
Según el Alcalde de Santander de Quilichao, Luis Eduardo Grijalba Muñoz, esta mina funciona desde hace dos años. Sin embargo, señaló que hace un año se expidió un decreto en donde se hizo un llamado al Gobierno Nacional para que se cierre esta y otras 40 minas que funcionan en la zona y de las cuales tiene conocimiento la alcaldía.
“El pasado 11 de febrero, la Policía intentó cerrar la mina y decomisar las ocho retroexcavadoras que se encontraban allí, pero solo logró llevarse cuatro, ya que la comunidad se opuso”. La “terquedad” de las personas y la difícil situación económica por la que pasan, hace que no desistan de realizar esta actividad, según informó el mandatario regional.
En la información presentada por la Policía Nacional, durante lo corrido del año, la Unidad de Intervención Contra la Minería Ilegal ha realizado 47 operaciones enfocadas en el cierre de minas ilegales. Igualmente, ha intervenido 135 de estas y suspendido 87. Además, se realizaron 600 capturas y la destrucción de 52 máquinas utilizadas para esta actividad ilegal. Igualmente, se incautaron minerales, entre oro, platino, mercurio, y acpm y gasolina, por un valor de $91.038. 550.
La institución indicó, también, que de los 1.103 municipios que conforman Colombia, se puede evidenciar la existencia de minería ilícita en 308 distribuidos en 28 departamentos, entre los que se destacan Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Córdoba y Chocó, representando más del 50% de la afectación de este fenómeno en el país.
Un documento de la Dirección de delitos contra el medio ambiente de la Fiscalía General de la Nación y revelado por Caracol Radio, resalta que en el 70 por ciento del país se presentan actividades ilegales referentes a la explotación de minerales. Además, advierte que en 22 de los 32 departamentos existen trabajadores que se ganan la vida en estas actividades ilícitas.
Por su parte, la Agencia Nacional de Minería afirma que en lo corrido de 2014 se atendieron en el país 36 emergencias, de las cuales 23 son producto de la minería ilegal.
De acuerdo con la Alcaldía de Santander de Quilichao, aunque no existen estudios sobre el sitio del desastre, se estima que en este lugar trabajan alrededor de 5.000 personas, 100 o 200 de ellas en horario comprendido después de las 10:00 de la noche, cuando se apaga la maquinaría pesada.
Por su parte, la Cruz Roja estima que son 13 los mineros que quedaron bajo toneladas de tierra, ya que se han dispuesto carpas de atención psicosocial para los familiares, donde se han acercado a preguntar a más de una docena de mineros.
El último día de abril, el terreno inestable, sumado a la humedad del lugar, generado por la filtración de agua que se presenta por la proximidad del sitio a distintos ríos y por las lluvias presentadas en días anteriores, hicieron que la tierra cediera y dejara sepultados a los trabajadores.
Horas después, el Gobernador del Cauca manifestó: “Hemos denunciado ante todas las instituciones sobre la ilegalidad de la mina, esta mina es ilegal y no se ha cerrado por ineficiencia del Estado”.
El Ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, le dio la razón al gobernador, y aseguró que este era un problema muy difícil de controlar, ya que por cada mina ilegal que se lograba cerrar, aparecían rápidamente otras dos.