El reencuentro de Jeycee Lee Dugard con su familia después de estar secuestrada por 18 años, exteriorizó los miedos de las familias estadounidenses que se preguntan ¿cómo alguien es capaz de un acto tan cruel?
Dugard, de 29 años, fue secuestrada en 1991 cuando se desplazaba desde la escuela hacia el parqueadero del bus que la conduciría a su casa en Tahoe, California.
Por 18 años el hombre acusado de ser el responsable del secuestro, Phillip Garrido, y su esposa Nancy, mantuvieron a la niña aislada en el patio trasero de su propiedad. Allí acondicionaron un par de carpas para esconderla.
Según informes policiales, Garrido ya tenía antecedentes; en 1972 fue acusado de haber abusado de una joven de 14 años al drogarla y llevarla a un motel. En aquella época iba a ser enjuiciado, pero la adolescente no quiso testificar y los cargos fueron retirados.
Ahora Garrido enfrenta a la justicia y Dugard tiene dos hijas del hombre responsables de este macabro acto, que justificó su proceder afirmando que Dios le pidió hacerlo.
Los vecinos de Garrido lo describen como un hombre tranquilo y de oración, nunca imaginaban que en su casa podría estar sucediendo algo como lo que le pasó a la joven Dugard.
Holly Thompson, vecina de los Garridos, manifestó a EL COLOMBIANO que "esto demuestra que no estamos tan seguros como creemos. ¿Por qué nunca revisaron la casa si él (Garrido) tenía antecedentes y varias personas habían denunciado que escuchaban niños en el patio trasero?".
Thompson no se explica como la señora Garrido permitió que algo así sucediera.
El origen del mal
Pero qué fue lo que realmente llevó a este hombre a cometer secuestro, violación y mentir durante tantos años para no revelar su verdadera naturaleza.
Este diario consultó a varios especialistas de la psicología humana que coincidieron en afirmar que aunque se podía explicar su comportamiento, esto no justificaba sus actos.
Daniel Kruger, psicólogo de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Washington, manifestó que "el comportamiento humano es como un rompecabezas. Todas sus piezas deben encajar, pero cuando hay un rompecabezas que no tiene solución todos nos preocupamos".
El especialista explicó que aunque el secuestro y la violación no son actos justificables, lo de Garrido tiene que ver con una antigua cultura machista, dónde las mujeres eran útiles sólo para la reproducción y a través de la historia los hombres las han preferido jóvenes.
Según Kruger, los violadores son hombres que no pueden conseguir sexo por medios tradicionales como los de atraer una mujer e iniciar una relación romántica con ella. Son personas que por lo general no son atractivas para el sexo opuesto.
Aún si la evolución puede explicar un comportamiento como éste, ¿cómo es posible que alguien abuse de una niña de 11 años? Puede haber sido una enfermedad mental que lo empujó a convertirse en violador: varios reportes de prensa lo califican como un hombre esquizofrénico.
Para Jack Levin, psicólogo social de la Universidad Nororiental de Boston, Garrido no es esquizofrénico, es más bien un sociópata.
"Dudo que sea un sicótico o que esté loco. No creo que alucine, ni hable con perros o escuche voces".
Para el experto un verdadero sociópata diría cualquier cosa y actuaría como si estuviera enfermo. Éste es el caso de Garrido.
Los sociópatas comparten ciertos rasgos: poca empatía, no tienen el sentido de la culpa, son impulsivos y controlados por sus emociones. Poseen una alta autoestima y no aceptan responsabilidad alguna por sus actos. Y mientras las raíces de este desorden mental aún no son claras para los psicoanalistas, hay que estar alertas porque algunas personas poseen una predisposición genética para actuar de esa forma y su cerebro funciona contrario al de la mayoría.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
