“En las situaciones en que se constituye la opinión, en particular las situaciones de crisis, las personas se hallan ante opiniones constituidas, ante opiniones sostenidas por grupos, de manera que elegir entre opiniones es, claramente, elegir entre grupos. Este es el principio del efecto de politización que produce la crisis: hay que elegir entre grupos que se definen políticamente y definir cada vez más tomas de posición en función de principios explícitamente políticos”.
(Pierre Bourdieu. “Cuestiones de Sociología”. Ediciones Istmo, Madrid-España 2003, página 229).
Nuestra situación política está bastante compleja, debido a asuntos vitales para el devenir nacional, tales como los asuntos fronterizos, las próximas elecciones, la cada vez más alta presencia de militares norteamericanos y los escándalos de corrupción asociados a funcionarios públicos de alto nivel, quienes a pesar de las pruebas fundadas y sustentadas, insisten y re-insisten, en que no ha habido tan mal manejo de los recursos públicos, ante una ciudadanía que estupefacta observa tal desfachatez.
Pero además de tal desfachatez pública, los funcionarios implicados arman campañas políticas como si nada estuviera sucediendo, y lo más absurdo es que en sus equipos de campaña se matriculan personalidades de la vida pública nacional y local, para quienes parece como que no existiese tal desviación indebida de recursos públicos o a quienes les interesa un pito tales denuncias, lo cual es mucho más grave y agrava el abuso de los recursos públicos, en un país que los necesita para inversión social.
¿Cómo es posible que aún no haya renunciado el actual Ministro de Agricultura? ¿Cómo es posible que el ex ministro Arias siga campante en campaña y ya incluso haya conformado sus cuadros directivos con personalidades de la vida nacional, quienes deberían, por lo menos, no ser “validadores” de este manejo irresponsable del poder público y sus recursos?
En el mismo sentido se hace necesario establecer nuestra reflexión acerca de la situación en fronteras, fronteras que como hemos definido en nuestra cátedra de la U de A, son fronteras “porosas y calientes” y, dada la actual coyuntura cruzada por la crisis de confianza y relaciones entre Venezuela, Ecuador y Colombia, se van a recalentar mucho más, con resultados insospechados, hasta el punto de que hoy se hace viable una confrontación militar, a lo largo de cualquiera de los 2.219 km de la extensa frontera venezolana, la más larga de las cinco fronteras terrestres que tenemos.
Y si bien la situación con Ecuador entró en el congelador de la diplomacia, no existe aún ninguna garantía de que no sucedan conflictos en esos 586 km de frontera, muy usada para el tráfico de coca y armas, zona además recalentada por el desplazamiento y las bajas condiciones de vida de los pobladores fronterizos, que solo encuentran en las actividades ilegales las posibilidades de sobrevivir. El río Putumayo seguirá siendo entonces un “río caliente” y nada está garantizado aún en esta frontera.
Con Chávez el asunto ya pasa de castaño a oscuro, pues éste se ha convertido para los Estados Unidos en el enemigo público n.° 1 en la región y, en el fondo, la presencia de militares gringos en las siete bases militares colombianas es una clara advertencia del Pentágono. Ya hoy está claro que, desde la base militar de Palanquero, los militares gringos y su tecnología de punta controlarán, “en tiempo real”, todo el territorio latinoamericano, excepto el Cabo de Hornos.
De alguna manera, con la presencia norteamericana en las siete bases militares colombianas, los Estados Unidos, vuelven a tener el control de su antiguo y ya casi perdido “patio trasero”, con un real control, tanto de tierra como de aire y agua; nuevo control sobre el patio trasero, sustentado desde Colombia y desde la 1ª Flota instalada en los mares de la Florida y con amplia cobertura por el Atlántico.
Chávez lo sabe y de allí su actitud cada vez más amenazante, ya que según su análisis geopolítico, Colombia hoy es la gran aliada de los Estados Unidos y el gran beneficiado, por supuesto, de este juego geopolítico, ha sido el Presidente Uribe, que ha “redimensionado” su valoración para la USA, ya que lo ven como su mejor aliado en la región, por encima incluso de Lula: Y si bien Chávez ha vitalizado su geopolítica con nuevas relaciones internacionales, como es el caso de Rusia, no son suficientes para contrarrestar hoy su cada vez menor presencia en al región, donde la Unasur comprende que es el momento de tomar cierta distancia de él.
Al fin y al cabo el Presidente Uribe, con su estrategia de seguridad democrática, valida y justifica el llamado a cerrar filas contra “la amenaza terrorista”, tanto del narcotráfico como de la guerrilla, ideología que empalma con la de la seguridad nacional que le ha permitido y, le permite, a los Estados Unidos, avanzar en “operaciones militares antiterroristas” en Irak, Pakistán y Afganistán; ya está igual en África con el proyecto de seguridad antiterrorista Africom; en Colombia su alta presencia en las siete bases militares, le permite control militar en “tiempo real a la región suramericana, sumida hoy, paradójicamente, en un revolcón político que reclama más autonomía con respecto al país del norte.
Las calientes elecciones que tendrá Colombia el año entrante coadyuvan a que el ambiente fronterizo sea hoy más tenso y a que Uribe y Chávez tengan su pulso en los medios y en la diplomacia internacional, que parecen hoy el único escenario posible para el diálogo, sin que logren controlar futuras escaramuzas militares en su frontera, con resultados insospechados, ya que un fusil se dispara muy fácil, pero controlar sus efectos es bastante complicado.
En fin, como dice el sociólogo Bourdieu en el Epígrafe, las crisis se asumen en función de intereses políticos de grupo y ambos presidentes, Uribe y Chávez, desean ser los ganadores en la crisis, según sus intereses políticos, pero con la diferencia de que Uribe tiene hoy un mejor manejo de medios y no ha abusado de amenazas contra el hermano pueblo venezolano, al contrario de Chávez, quien ya se ha vuelto monotemático y no logra articular discurso oficial sino es con amenazas contra Colombia…