x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

"Nunca había visto voltearse un barco"

INÉS MONTAÑO Y José Santiago Villa, son dos de los diez colombianos que sobrevivieron al naufragio del crucero Costa Concordia, frente a aguas italianas. EL COLOMBIANO dialogó con ellos y conoció detalles del peor susto de sus vidas.

14 de enero de 2012
bookmark

"Creo que hay que pensarlo mucho, después de esta experiencia no creo que siga en esto". Esas fueron las palabras de Inés Montaño, una de las colombianas que se encontraba en el crucero "Costa Concordia", que naufragó el viernes en la noche frente a la pequeña isla italiana de Giglio, con 4.229 personas a bordo.

En el naufragio se confirmó la muerte de tres personas, un peruano y dos turistas franceses. Mientras que la cifra de desaparecidos asciende a 40.

Esta bumanguesa, de 41 años de edad, dialogó con EL COLOMBIANO. Dijo que la tragedia pudo ser peor y relató cómo vivió esa pesadilla.

Inés lleva trabajando como camarera en este tipo de cruceros once años y nunca había padecido una situación similar. "Es una experiencia inolvidable, hubo pánico, uno no sabe si correr o quedarse". La colombiana agradeció que afortunadamente la compañía la había entrenado para un momento así, pero jamás pensó que realmente tendría que recurrir a lo aprendido.

Minutos antes de que el barco comenzara a hundirse, Inés se encontraba realizando su labor en una de las habitaciones. De un momento a otro, "el barco comenzó a moverse de un lado para otro, se fue la luz y comenzó a ladearse de un solo lado. Ahí fue cuando comenzó a llenarse de agua".

Sin embargo, sostiene que la tragedia pudo ser peor, pero que la rápida reacción de la tripulación lo evitó. "Hay muchos pasajeros que se quejaron porque supuestamente no hubo una alerta por parte de la tripulación. Pero la alerta fue permanente mediante códigos, porque la idea en una situación como esas es generar el menor pánico posible, porque sino todo el mundo se tira al agua", narró.

Esta mujer tampoco conocía su lado heroico y la emergencia no solo la sacó a flote a ella, sino también su valentía. "Fui una de las últimas que salió, estaba haciendo demasiado frío, estábamos bajo cero grados, me preocupaban las personas y su traslado".

Su labor fue la de controlar a varios pasajeros presa del pánico que le decían que se iban a ir a lo que ella les respondía: "Pero para dónde, si estamos en el medio del mar".

"Cuando estábamos evacuando yo ni siquiera tenía un chaleco, estaba preocupada por ayudar a las personas a que abordaran las balsas. Solo me di cuenta cuando alguien me preguntó '¿y tu chaleco?' entonces inmediatamente corrí a una de las habitaciones y lo agarré".

Ese pánico, cuenta Inés, se hizo presente cuando se dieron los cortes de energía. "Las personas se pusieron nerviosas". Aunque afirma que el crucero continuó con las luces de emergencia y que jamás estuvo oscuro. "He enfrentado situaciones de mal tiempo, o que el mar está picado. Pero nunca que un barco da la vuelta", dijo en medio de una risa nerviosa.

A pesar de que el comandante del barco fue detenido por las autoridades, ella insiste en que se aplicaron todos los protocolos de emergencia y se reunieron en los puntos de salida: "Había personas encargadas de repartir los chalecos (salvavidas) e ir al punto de reunión, después hay que esperar la orden de evacuación para bajarlos a las lanchas y ya en ese momento, sobrevolaban los helicópteros". Fue todo muy coordinado y ordenado.

Explicó que la ruta de esos cruceros es de siete días, pero con desembarques diarios. "Unos se bajan en Savona, otros en Civitavecchia, Palermo, Marsella, Barcelona o en Palma".

Le da gracias a Dios porque el mar estaba tranquilo a pesar de los fuertes vientos, los cuales se hacían más fríos por las hélices de los helicópteros de rescate.

Quiso también dar un parte de tranquilidad respecto de los 10 colombianos que viajaban en el barco: "todos están bien".

El miedo paralizó a José Santiago
José Santiago Villa, de 52 años de edad, padre de tres hijos, barranquillero de nacimiento pero criado en Bogotá, fue otro de los colombianos que sobrevivió y su familia estuvo pendiente de su suerte en todo momento.

Ulises Villa, su hermano, le contó a este diario la experiencia.

José también trabajaba con la compañía de cruceros como camarero en los restaurantes o las habitaciones. Al momento del percance, se encontraba en el restaurante.

"Ellos estaban pasando el Mediterráneo y él se encontraba en el comedor. El miedo, dice su hermano, lo paralizó, pero afortunadamente lo encontraron y lo sacaron como a los demás pasajeros. "Se encuentra bien con los otros compañeros colombianos. Lleva 15 años viajando, conoce más de 150 países y nunca le había sucedido esto", dijo Ulises.

A José Santiago le causó tanta impresión la situación que tuvo que ser sedado en el hotel, tras su traslado.

"Él ha estado un poco cansado porque como lleva tantos años viajando, tenía ganas de quedarse. Sin embargo, en Colombia no encontraba nada que pagara lo que él se gana en el barco y por eso volvía".

Hoy, tras este accidente, le cambió la vida y su familia espera que con este tremendo susto no vuelva nunca más a un barco. "Vamos a hacer todo lo posible por convencerlo".

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD