x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Obleas hechas con mucho amor

Con su dulce bandeja luminosa, Juan Arciniegas se ha convertido en un ícono de las noches de Medellín.

  • Obleas hechas con mucho amor | Obleas con amor se mueve por El Poblado y Carlos E. Restrepo FOTO EDWIN BUSTAMANTE
    Obleas hechas con mucho amor | Obleas con amor se mueve por El Poblado y Carlos E. Restrepo FOTO EDWIN BUSTAMANTE
03 de junio de 2012
bookmark

Cerca de 20 meses atrás, Juan Guillermo Arciniegas desembarcó en Medellín con apenas 10.000 pesos en el bolsillo. Las circunstancias que lo trajeron a la ciudad importan menos que saber lo que se propuso: "Sobrevivir como fuera sin hacerle mal a nadie. Ese era el reto". Luego, las obleas y la urbe lo atraparon.

Los 10.000 pesos duraron poco, y no pasó mucho tiempo antes de que tuviera que resguardarse entre los escombros de un restaurante abandonado.

Aunque tal vez una llamada a sus padres hubiera bastado para salir del apuro monetario, Juan tenía que cumplir con su palabra, respetarla y respetarse, mantenerse vivo, firme y saludable.

"Yo no sabía qué iba a pasar", cuenta sobre el día en que llegó a la Central Mayorista en busca de algo con qué ganarse el pan diario.

Millonario de cuna, estudiante de finanzas, graduado empíricamente en comercio y relaciones públicas, sabía que en ese momento su principal capital era una habilidad inigualable para los negocios.

"Lo único que sé hacer es vender", comenta, "cojo dos y los vuelvo cuatro, cuatro los vuelvo seis, y seis los vuelvo 12, y 20, y 15, y 30, y millones".

Por el mantenimiento a una finca recibió 20.000 pesos que, en efecto, siguen multiplicándose. Con ese capital semilla compró arequipe y un paquete de obleas. Una charola que tomó del restaurante en ruinas y que ató a su cuerpo macizo fue su primer stand.

Otros han sucedido a esa tienda improvisada y hoy son su mejor carta de presentación. Una bandeja amplia para el día, otra luminosa para las noches son los elementos principales de su equipamiento.

Como no siempre Mahoma va a la montaña, Juan Guillermo recorre la ciudad con las obleas atadas a su vientre. Para este bogotano nacido en Caracas, explorador de la India que por accidente llegó a Medellín procedente del Pacífico con apenas una Policarpa en la billetera, la trashumancia es algo habitual.

En Ciudad del Río, El Poblado o Carlos E. Restrepo, muchos lo recuerdan por la particular bandeja que carga sin falta, por su figura prominente o su voz profunda; otros por el sabor inconfundible de su producto; pocos, sin embargo, por el nombre de su negocio itinerante: Obleas con amor.

"Mi religión es el amor", asegura. Hubo un tiempo, sin embargo, en el que Juan no lo encontraba.

Dinero, mujeres, amigos, una empresa rentable, la alta sociedad a sus pies... Nada lo satisfacía. Se sentía "enjaulado", viviendo en un mundo irreal y lleno de miedos.

"Tengo todo pero no estoy feliz", se decía. "Lo único que yo quería saber era qué era el amor". Entonces emprendió un viaje espiritual que lo llevó a entender que amor es entregar.

Esta filosofía se puede sentir al acercarse a una charola pensada con afecto, un lugar donde la tradicional oblea se convierte en toda una obra de la más fina repostería. "Del amor se deriva la rectitud, y de la rectitud se deriva la prosperidad", comenta, con razón.

Después de darle nombre a ese "milagro" que hoy lo mantiene íntimamente unido a Medellín, Juan Guillermo se dio cuenta de que en la ciudad también había pastas, pastelitos y otros productos hechos con amor. "Bueno", dice complacido, "hay otros que creen en lo mismo".

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD