Dos estrategias implementará la oposición venezolana para tratar de vencer al candidato oficialista Nicolás Maduro en los comicios del 11 de abril. La primera, mantener su unidad frente a la figura de Henrique Capriles y dos, ganar un mayor caudal electoral, aún dentro de los mismos chavistas, probando que Maduro no será la reencarnación del presidente fallecido.
Según los primeros análisis sobre la nueva campaña, el candidato opositor tiene a su favor los logros de la campaña a la gobernación de Miranda, en la que derrotó a Elías Jaua, otro de los emblemas del chavismo. La misma a la que el oficialismo le jugó con todas sus cartas y recursos.
Al respecto, Antonio Canova, profesor de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, afirmó que el aspirante es una figura que se fortaleció "tras las pasadas regionales, pues él y Henri Falcón, fueron los únicos opositores que ganaron gobernaciones (Miranda y Lara, respectivamente)".
Pero, si la oposición quiere vencer, deberá superar un gran obstáculo: el amor y el fervor que, incluso en la muerte, despierta Chávez.
Figura del excomandante
Con el análisis de Canova coinciden otros expertos para quienes, por encima del debate político y propuestas para recuperar la seguridad y economía venezolana, la figura de Chávez marcará toda la campaña.
De hecho, en medio de señalamientos sobre los riesgos de votar por uno u otro en las elecciones del próximo 14 de abril, el presidente interino y candidato oficialista, Maduro, y el gobernador del estado Miranda Capriles, desde el mismo domingo, en sus primeras declaraciones públicas como candidatos, eligieron la figura de Chávez para seducir electores.
"El presidente Chávez no está, nadie se los puede devolver, ahí está su obra. Nicolás (Maduro) no es Chávez", dijo Capriles al aceptar la nominación de la coalición opositora, y aseguró que el chavismo usa "el cuerpo del presidente para hacer política".
La respuesta de Maduro no se hizo esperar y, en un discurso ante el consejo del Partido Comunista de Venezuela, desmintió que se esté valiendo del dolor y la incertidumbre que generó en el país la muerte del líder, para aumentar su caudal electoral. "Yo no soy Chávez, hablando estrictamente de la inteligencia, del carisma, de la fuerza histórica, de la capacidad de conducción, del mando, de la grandeza de nuestro comandante Chávez. No, yo soy chavista, soy hijo de Chávez, así lo siento", dijo.
El dirigente venezolano emitió amenazas veladas a su contendiente tras conocer sus afirmaciones sobre el uso que da el chavismo al cadáver de su líder. "Vienen elecciones presidenciales y municipales, y es seguro que el Partido Socialista Unido de Venezuela (colectivo político de Maduro) conseguirá la presidencia y la mayoría de alcaldías y de la representación de los consejos municipales", aseguró a este diario el politólogo venezolano Jesús Castillo Molleda.
Agregó que sólo entonces comenzará la prueba de fuego para Maduro pues, con todos los poderes bajo su control, se quedará sin excusas para no hacer un buen Gobierno.
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