Es una triste realidad que en Colombia, se haya reducido el diálogo alrededor de las universidades, a contar la crueldad de los universitarios. Sus ataques a la Fuerza Pública, las acciones destructoras contra la infraestructura, las fatales consecuencias de las rumbas universitarias, y remata el Gobierno ratificando una Ministra que a nadie convence.
Y es triste, si se tiene en cuenta que la institución con mayor crecimiento desde el siglo XV es la universidad, y actualmente se ratifica como un actor social, político y económico de primer orden. Hoy ya no sólo la universidad está llamada a la transmisión y generación de conocimientos, sino que tiene el imperativo de transferir su saber a la sociedad.
Prueba de ello es el MIT -Instituto Tecnológico de Massachusetts en Boston, el cual genera más ingresos vía patentes que el PIB del estado de Massachusetts. Los ingresos por patentes universitarias son posibles gracias a la Ley Bayh-Dole, que en 1980 aprobó la explotación económica de la investigación académica en Estados Unidos.
Del otro lado del Pacífico en China a finales de 2002, los cerca de 44 parques científicos establecidos en las universidades, atrajeron cerca de 29.7 mil millones de dólares en inversiones, y proporcionan empleos calificados para 100.000 personas en 5.500 empresas de alta tecnología.
En la sociedad del conocimiento, las universidades son centros para la generación de desarrollo, a partir de la generación de valor. Los Polos Tecnológicos franceses, surgen en torno al conocimiento de las universidades regionales. Igual sucede con las regiones alemanas.
Recientemente, la Organización de Estados Iberoamericanos, de cara a esta década de Bicentenarios de Independencia, produjo un interesante documento de reflexión de la Ciencia, Tecnología e Innovación, frente a la cohesión social. En el texto, convoca a los países a la excelencia y pertinencia de la investigación académica.
Pese al desinterés del Gobierno Nacional actual, frente al establecimiento de una política universitaria que no se reduzca a la discusión respecto al presupuesto asignado al funcionamiento de las universidades. Nuestras instituciones de educación superior avanzan de la mano de los gobiernos locales, en su misión de transferir conocimientos a la sociedad.
Reconociendo lo anterior, en 2010 el Ministerio de Educación Nacional, COLCIENCIAS, Inventta y algunos Comité Universidad Empresa Estado, elaboraron unos Lineamientos de Políticas de Transferencia Tecnológica. Este esfuerzo vale la pena apoyarlo y traducirlo en una agenda de trabajo, para lograr resultados estratégicos.
Aunque ya contamos con iniciativas empresariales y la comercialización de patentes y activos de Propiedad Intelectual, nuestra mirada a las universidades clama por un cambio radical. Manifiesto en políticas y posturas gubernamentales, que integren a la academia a los procesos de desarrollo.
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