De nuevo, un derrumbe de tierra, en la misma margen occidental del río, entre las estaciones Ayurá y Envigado, obligó, por seguridad, a la suspensión de las operaciones desde la estación Poblado.
El daño, más grave aún que el registrado hace dos meses, por la mayor extensión de tierra que se desprendió, implicará la cancelación del servicio del metro para Envigado, Itagüí, Sabaneta y La Estrella por lo menos durante 15 días.
La gran confluencia de usuarios en la Estación Poblado, convertida en la terminal, configuraba anoche una escena abarrotada y caótica, con grandes filas en el costado oriental, al tiempo que el transporte en el sur estaba congestionado por el arribo de numerosos buses de las rutas integradas que redoblaron su servicio.
No está claro aún qué van a hacer las autoridades para encontrar una solución definitiva al problema de las riberas, que como se dijo antes, tienden a convertirse en una amenaza para la normal operación del tren metropolitano. La reincidencia lo confirma.
De hecho, el estudio realizado por la Universidad Nacional, en 2013, muestra que el tema les cogió ventaja. Están identificados 84 puntos en el canal del río que requieren intervención urgente y destinar recursos por más de 28 mil millones de pesos. Se necesitan reponer ocho kilómetros de losas del río. El Área Metropolitana ha venido trabajando en los puntos más críticos, pero el problema no ha sido resuelto.
Y la situación puede tornarse más delicada con la llegada del invierno, que el Ideam pronostica será intenso. Las lluvias, como las que ayer cayeron sobre el sur del área metropolitana pueden perjudicar los trabajos que las firmas contratistas adelantan en los puntos críticos ya identificados.
El derrumbe que inmovilizó de nuevo el metro se registró, precisamente, en un sector donde se adelantan trabajos de contención, ante el deterioro de las placas de canalización.
El sitio está localizado a unos 30 metros de la zona donde el pasado 13 de enero colapsó la estructura de confinamiento de la vía férrea, que obligó a la suspensión del servicio del metro por 10 días, la primera en 18 años de operación.
La situación presentada ayer guarda una extraña semejanza con la primera, pues la falla ocurre en la margen opuesta a la ribera donde se estaban adelantando trabajos de reparación de las placas. Esto da para pensar en la incidencia que puede tener el desvío del río mientras se realizan los trabajos, por el movimiento del agua ante las crecientes del caudal.
Es indudable que el río Medellín tiene que ser sometido, con urgencia, a cuidados intensivos, antes de que el problema de sus riberas adquiera características crónicas.
El río tiene que ser dragado y sometido a una intervención a fondo, como no se ha hecho nunca, para que los arreglos vayan más allá de la reparación de las placas en los puntos críticos en sus 24 kilómetros de recorrido entre La Estrellla y Bello.
Tal problemática nos lleva a lamentarnos de nuevo que el río Medellín no tenga un doliente. Ahora resulta que esta parte le corresponde a Corantioquia. La función que cumplía el Instituto Mi Río es algo que tiene que volver a plantearse, y con un alcance metropolitano, para que exista una entidad que asuma con rigor, y presupuesto, la intervención integral del río, espina dorsal de la movilidad del Valle de Aburrá.
PARA LA INTERVENCIÓN INTEGRAL SE REQUIERE APORTE DE RECURSOS DE MUCHAS ENTIDADES
Por CARLOS MARIO MONTOYA
Director del Área Metropolitana
Hay circunstancias en el río que requieren intervenciones de gran magnitud. Nosotros hemos venido haciendo no sólo los estudios que abarquen un diagnóstico, sino que nos diga cuáles deben ser las intervenciones de carácter integral que hay que realizar para mitigar los riesgos que el río en un momento determinado puede generar.
Pero esas intervenciones van a requerir los aportes de muchas entidades, porque los recursos del Área Metropolitana son limitados. Aquí vamos a necesitar, primero que los municipios asuman una responsabilidad con el río y obviamente el Área Metropolitana y la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia, Corantioquia. Y por supuesto la participación de la Gobernación de Antioquia que en esta circunstancia y ante el riesgo en que se ha ido convirtiendo el río, a medida que pasa el tiempo, vamos a necesitar la colaboración de muchos entes.
El río es el eje estructurante del desarrollo de todo el Valle de Aburrá y como eje estructurante a su largo se generan todos los sistemas de movilidad, el desarrollo industrial y la urbanización de vivienda, y por eso necesitamos también la participación de los organismos de carácter nacional.
No es solo hacer el diagnóstico y definir las acciones, sino también intervención integral y por supuesto aporte integral de recursos de todo el Estado. Y también hay claras responsabilidades para el sector privado.