La recientemente finalizada serie de televisión Breaking Bad se caracterizó por la recreación de su atmósfera sombría, depresiva. Todos los elementos de su producción conducían a esa sensación de sin sentido. Y quizá uno de los mayores pecados de su personaje central, Walter White (Brian Cranston ) fue conducir ese espeluznante Pontiac Aztek, el que es considerado uno de los carros más feos en la historia del motor.
Fue uno de los primeros intentos de General Motors en el segmento de los vehículos crossover, buscando además un público joven, pero definitivamente fue un intento fallido. Y las cifras lo constatan. Sus mejores ventas fueron 28 mil unidades, cuando se esperaban 70 mil al año.
Y cuando en pocos años el nivel cayo a 5 mil, fue descontinuado. Sabia decisión
Pero no es el único caso. En la historia del desarrollo del automóvil, así como se han diseñado verdaderas bellezas, también de cuando en cuando la creatividad de los estilistas automotores se excede y se torna en una pesadilla para las marcas.
A veces, señala el especialista Felipe Benítez, los diseñadores quieren romper una tendencia, marcar un estilo o apuntar a una vanguardia, y en este intento sus propuestas resultan o demasiado avanzadas con el mercado, o están por fuera de la moda del momento.
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