La coyuntura económica tanto interna como externa indica que, a menos que se tomen medidas de intervención por parte del Banco de la República o del Gobierno (o de ambos), el dólar seguirá perdiendo terreno frente al peso.
El viernes, el dólar cerró a 1.815 pesos, después de 3 semanas consecutivas de tendencia a la baja. En lo corrido del año, el peso acumula un fortalecimiento del 11,16 por ciento. La jornada de ayer siguió el mismo comportamiento: al cierre, la divisa se cotizaba 6,51 pesos por debajo del cierre del viernes, a 1.808,49 pesos.
En el plano interno, Colombia se perfila como un país atractivo para la inversión extranjera, gracias a la perspectiva positiva que tienen los agentes en cuanto a la economía del país. El pronóstico de crecimiento del 4,9 por ciento para el segundo trimestre arrojado por el Banco de la República el viernes, es prueba de ello.
Adicionalmente, en el corto y mediano plazo se proyecta una mejora en la calificación crediticia del país que atraería aún mayores recursos, advierte Lucía Duarte, estratega del mercado cambiario de Bancolombia.
Por otro lado, el crecimiento de la producción petrolera es otra fuente de ingresos de divisas que aumenta la oferta de dólares en el mercado, presionando su precio a la baja. Las remesas, que crecieron un 2,2 por ciento en julio con respecto al mismo mes del año anterior, juegan un papel revaluacionista similar al de los ingresos por exportaciones de petróleo.
El mercado tiene buenas expectativas frente a la llegada del nuevo Gobierno y ven en él una continuidad de políticas que resta incertidumbre y, por lo tanto, atrae inversión, es decir, más dólares en el mercado.
En el frente internacional, expertos evidencian una desaceleración en la recuperación de la economía de Estados Unidos. Así lo demuestra el deterioro en indicadores clave tales como el gasto, la confianza del consumidor y la creación de puestos de trabajo en el sector privado.
Intervención del Emisor
En este panorama de revaluación, el mercado está a la espera de una posible intervención del Banco de la República para frenar la caída del dólar que tanto afecta a los exportadores.
"Los gremios que se ven afectados por este fenómeno alzan su voz en pro de una rápida intervención. Adicionalmente, dados los buenos datos de inflación, el Banco tiene espacio de maniobra sin generar problemas en el corto y el mediano plazo", explica Andrés Pardo, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.
La intervención no necesariamente tiene que venir en forma de compra de divisas, dice el analista. Se podrían estar evaluando medidas conjuntas entre el Gobierno y el Emisor para moderar los efectos negativos de la revaluación. Estas medidas pueden venir en forma de reducción de impuestos a la importación de materias primas para la producción de bienes de exportación o la no monetización de recursos colombianos que se encuentren hoy en el exterior.
De adoptarse tales medidas, irían de la mano de la tan esperada compra de divisas por parte del Emisor: "En Corredores Asociados pensamos que las condiciones macroeconómicas del país y el entorno internacional invitan a la acumulación de reservas".
El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dijo ayer que el Gobierno cuenta con instrumentos macroeconómicos para enfrentar la caída del dólar. Aunque no anticipó las medidas, Echeverry y su equipo le están haciendo un minucioso seguimiento al fenómeno de la revaluación.
"Este tema es delicado por las implicaciones que tiene para el empleo", dijo.
Queda esperar, entonces, cuáles serán los movimientos del Emisor, esperar a que el dólar toque el piso de 1.800 pesos o adoptar medidas para estimular su repunte.
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