No son muchas las personas que a una edad corta ya pueden decir que han cumplido algunos de sus sueños.
Y el jugador de fútbol Juan Pablo Pino es una de ellas. Dos de sus sueños -en materia de automóviles- se han cumplido y con creces. Su trayectoria, que lo ha llevado a diversos campos del mundo para demostrar su habilidad como volante creativo, también le ha permitido ponerse al volante de algunos de los vehículos más interesantes de la reciente historia automotriz.
Luego de una de sus primeras prácticas con el Deportivo Independiente Medellín y de cara a su debut en esta nueva etapa con el equipo, el jugador habló con El Colombiano de una de sus pasiones: los carros. Y en un escenario que ni mandado a pedir, las canchas de la ensambladora Sofasa en Envigado.
"Mis sueños eran un Lamborghini y un Bentley. Gracias a Dios los tuve. En Grecia tuve un Bentley, y luego, a los tres meses un Lamborghini Murciélago".
Precisamente, con éste último tuvo una anécdota simpática. Cuando se lo entregaron pensó que era un carro automático y no le explicaron los mecanismos particulares para el cambio de marchas. "Había que hundir botones para cambiar velocidad y duré como dos días rodando con el carro como un poco forzado, hasta que me explicaron bien cómo era la conducción y lo disfruté mucho".
Listado de envidia
Al oír hablar a Juan Pablo de su recorrido por el mundo de los autos, no es raro que el tercer pecado capital aflore en quien lo escucha.
No es solo el Lambo. Por sus manos y bajo sus pies ha sentido el poder de marcas tan reconocidas como Mercedes Benz, BMW, GM con su Hummer o Ford con el modelo Mustang, por ejemplo.
Su primer carro, en el recorrido motorizado que ha tenido a lo largo de su vida como profesional del fútbol, fue un Mercedes, parte del contrato que en su momento firmó con el club de la primera división francesa Mónaco. El mismo en el que hoy milita Falcao García.
Y todos los autos que ha manejado responden a su expectativa de carros: que marquen diferencia desde el diseño, hasta su comportamiento cuando ruedan sobre las vías de cualquiera de los países que han sido su destino.
"Lo primero que miro es que el carro no sea muy común. Que no haya muchos. Luego me fijo cómo están conformados por dentro. Me gustan con cojinería de cuero y que sean carros veloces".
En este último aspecto reconoce que no siempre busca exprimir toda la velocidad, pero sí le agrada saber que está conduciendo un carro que en cualquier momento responda a la exigencia de la aceleración.
Aunque también, a veces, ese gusto por la velocidad le costó algunas multas en las vías de Europa.
"Allí se maneja velocidad porque los trayectos se hacen en buena parte en autopistas. Acá en Colombia estamos en ciudad y toca adaptarse al kilometraje permitido".
Propietario racional
Pero a los carros, Juan Pablo no solo los admira por lo atractivos que puedan ser desde el punto de vista de su figura, de sus potencialidades técnicas y lo mucho que puedan reflejar su forma de ser, su personalidad.
También, desde una mirada más racional es decir, por la inversión que pueden llegar a representar.
Por esa razón, no es amigo de tener los carros por mucho tiempo en sus manos.
"No duro mucho con los carros, los cambio cada seis meses, por el tema de que se puede perder mucho dinero cuando te quedas con uno por mucho tiempo. Obviamente no te van a pagar por el carro el mismo precio por el que lo que compraste".
Crossover
Cuando rueda en su carro es posible escuchar una variada serie de ritmos que salen de su sistema de sonido.
Desde la champeta de su natal Cartagena hasta el vallenato y los ritmos de la salsa. "No tengo problema en escuchar cualquier clase de música".
Para ello, lo primero que piensa a la hora de equiparlos es un buen sistema de sonido, aunque por lo general, por el tipo de carros que prefiere, este es uno de los elementos más importantes que ya traen los modelos que monta.
Y aunque señala que ya cumplió sus sueños en carros, sí tiene claro que de repetir alguno de los que ha manejado, sería de nuevo el Lamborghini.
"Si vuelvo a Europa me gustaría volver a tener un carro así".
Destaca que lo suyo no es un afán de lujo o mostrar. Se trata de una afición que tiene desde niño y que su desempeño deportivo y profesional en varias partes del mundo le ha permitido hacer realidad.
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