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Con el refuerzo de unidades móviles del Ejército y la Policía; la llegada de la Infantería de Marina a tramos de los ríos Sinú y Cauca y el trabajo coordinado de inteligencia con el DAS, la Fuerza Pública se mete al corazón de las Bacrim en Córdoba, Antioquia y Sucre.
En el operativo, denominado Plan Troya, participan 1.000 hombres de los Escuadrones Móviles de Carabineros de la Policía Nacional y cerca de 3.000 de las Fuerzas Armadas, el DAS y personal de investigadores judiciales. La meta es combatir, capturar y judicializar a los integrantes de estos grupos y atacar sus finanzas provenientes del narcotráfico.
"El Plan Troya busca intervenir 19 municipios en esas zonas como un esfuerzo, planeado para 90 días, en los que trabajará esa fuerza adicional que debería hacer la diferencia", explicó el director de la Policía, general Óscar Naranjo.
Las áreas de ejecución del Plan Troya hacen parte de un corredor de rutas del narcotráfico entre Antioquia, Córdoba y Sucre hacia el Mar Caribe. Algunos de los municipios donde se desarrollará la operación son Valencia, Montelíbano, Puerto Libertador, San Antero y San Bernardo del Viento, en Córdoba, el departamento más afectado por la violencia de los "Urabeños", los "Rastrojos" y los "Paisas".
"La prioridad es contener y neutralizar a los delincuentes que están representando una amenaza grave para las comunidades, un desafío para las autoridades y que no solo generan violencia, sino también corrupción en las regiones", precisó Naranjo.
Operaciones conjuntas
El Plan Troya plantea una nueva estrategia militar contra las Bacrim, que se había aplicado con éxito en la lucha contra la guerrilla.
Los objetivos del plan están definidos bajo el nombre D-6: desarticular, desmantelar, denegar, disuadir, direccionar y difundir.
Según el general Manuel Gerardo Guzmán, comandante de la Séptima División del Ejército, la inteligencia coordinada entre Ejército, Policía, DAS y las acciones conjuntas son el eje de este plan que se despliega en Córdoba y de allí al Bajo Cauca y Urabá antioqueño y Sucre.
"Hasta ahora la Policía tenía a su cargo las operaciones contra las bandas, mientras que ahora será un objetivo también del Ejército. Otro componente primordial será la inteligencia compartida entre Policía, Ejército y DAS", explicó Guzmán, quien trasladó su despacho de Medellín a Montería para estar al frente de las operaciones. El oficial agregó que a las tropas se suma un grupo de tres fiscales para legalizar las capturas y los allanamientos.
Pocas condenas a bandas
En la instalación ayer del primer Consejo Nacional de Seguridad, el presidente Juan Manuel Santos Calderón reconoció que las condenas contra integrantes de olas Bacrim son mínimas y que solo el 12 por ciento de capturados son condenados y solo un pequeño porcentaje recibe sentencias por pertenecer a bandas.
"Muchas veces son condenados, pero son crímenes excarcelables como el porte ilegal de armas. Ahí hemos notado que hay una falla en toda la cadena de la acción del Estado. Por eso nos propusimos en este consejo a fortalecer los eslabones débiles de esa cadena", aseguró Santos.
El Presidente reiteró que las "bandas criminales no son grupos armados ilegales, sino que hacen parte de unas bandas de crimen organizado". El combate será frontal, puntualizó Santos.