Del palo caído todos quieren hacer carbón. Y así, ante la dolorosa situación del Ejército Nacional los abusos no se han hecho esperar. ¡Al caído, caerle!, dicen a coro sus enemigos. Pero lo que faltaba es que un político, que se ha preciado de ser tan amigo de las instituciones, como el senador Jorge Enrique Vélez pretenda ahora jugar con el honor militar, sometiendo a todos sus miembros al escarnio de un examen semestral de polígrafo.
Hay manzanas podridas y justo es separarlas, pero no someter a humillación a toda una institución, bajo falsas presunciones de maldad generalizada. ¿Se atrevería el respetable senador a proponer la prueba del polígrafo, para el Congreso de la República?.
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