Hoy en la mañana se cumple la operación de la presidenta argentina, Cristina Fernández, para drenarle un coágulo minúsculo, entre la pared y las membranas cerebrales. Ella le encargó el mando del Gobierno formalmente, ayer, al vicepresidente, Amado Boudou.
Aunque la cirugía no reviste gravedad, el encargo temporal del poder suscitó polémicas en la opinión pública de ese país dados los cuestionamientos a Boudou, imputado en varios procesos judiciales, el más grave conocido como caso Ciccone, por enriquecimiento ilícito y operaciones incompatibles con sus funciones públicas.
Por los medios argentinos cruza un temporal porque Boudou es resistido, incluso, por el mismo oficialismo y, según encuestas, es uno de los políticos peor calificados de la nación. Aunque los últimos meses no fueron buenos para Fernández, los argentinos hacen votos por su pronta recuperación.
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